"La globalización es un espacio de desafíos y oportunidades"

Ahora que parece que la Argentina ha tomado un rumbo distinto, es necesario ponerse de acuerdo en algunos temas básicos: qué es la globalización, a qué nos referimos cuando hablamos de desarrollo, cuál es el potencial del país, bajo qué modelo nos conviene insertarnos en el mundo, entre otros interrogantes.

Según mi opinión, la globalización debe ser entendida como la formación de redes en el sistema internacional de comercio y de flujos de conocimiento. Así, debe ser entendida como un sistema de poder administrado por los países centrales que predominan en las reglas de juego del comercio las finanzas, acceso al conocimiento, régimen de propiedad intelectual, etcétera.

Es en este escenario global donde los países construyen su proceso de desarrollo, un proyecto de acumulación de capital, saberes, capacidad organizativa, tecnología, fortalecimiento institucional, integración del aparato productivo y generación de conocimiento de manera continua.

En Argentina, tenemos el triste récord de romper con todos los procesos de acumulación.

Este proceso de acumulación y el estilo de insertarse en el orden global es algo que construye cada país a partir de desplegar su potencial, de fortalecer su capacidad decisoria, de gobernar su destino, de ampliar oportunidades para todos y de incluir al conjunto de la sociedad en el escenario del crecimiento.

Así, la globalización es un espacio de desafío y oportunidades.

El nuestro es un país excepcionalmente dotado de recursos naturales y culturales. Sólo tenemos que desterrar la idea de que la globalización implica que el poder ha sido transferido a los centros trasnacionales y que a un país como el nuestro le queda únicamente la posibilidad de hacer políticas adaptativas a los mercados.

Muy por el contrario, la inserción y el desarrollo nacional de los países depende esencialmente de la densidad nacional, es decir, la solidez de sus instituciones, la calidad de sus integrantes y la existencia de un pensamiento crítico.

Cuando nos reconocemos como artífices de nuestro propio destino, la planificación estratégica comienza a tener importancia.

A mi entender, el perfil productivo deber ser una estructura diversificada, compleja y abarcativa a partir de la cual el país incorpore la mayor parte de los sectores fundamentales de la economía moderna. Sobre todo, las áreas industriales y el agro.

La inserción debe promover la productividad privilegiando la presencia del liderazgo empresarial nacional y buscando la especialización de ciertos productos existentes en el mercado. De esta manera, evitaremos el endeudamiento financiero externo.

Aldo Ferrer, director de Energía Argentina S. A.

El texto surge de la exposición que realizó Kosacoff durante el seminario sobre "Consolidación del crecimiento y planificación estratégica de la Argentina que viene" organizado en conjunto por la Red de Organizaciones para el Desarrollo con Inclusión y el Ministerio de Economía y Producción.