La industria perdió 5 puntos de participación en el total de las exportaciones en el tercer trimestre

El Indec pone en números la desindustrialización. Hoy publicará el dato de producción industrial de septiembre, para el que se espera una nueva caída, mientras que ayer mostró la reprimarización de las exportaciones durante el tercer trimestre. Según los datos oficiales, las ventas al exterior de Manufacturas de Origen Industrial (MOI) cayeron 7,1% y perdieron 5,3 puntos de participación sobre el total de las exportaciones, en tanto que las de Productos Primarios (PP) pegaron un salto de 53,1% y ganaron 7,9 puntos.

El Indec publicó el Índice de precios y cantidades del comercio exterior del tercer trimestre ayer. Ahí se vio que las exportaciones de manufacturas industriales cayeron con fuerza por la baja en las cantidades enviadas al exterior. De hecho, si bien sus precios bajaron 1,2%, el volumen sufrió un desplome de 6%. Así, totalizaron una caída de 7,1% y pasaron de una participación de 34,4% en el total de las exportaciones durante el tercer trimestre del 2018 a una de 29,1%.

En cambio, las exportaciones de productos primarios pasaron de una participación de 20,1% durante el tercer trimestre de año pasado a una de 28% durante el mismo período de 2019. El camino opuesto al de la industrialización.

Ese resultado surgió de un crecimiento en las ventas externas de productos primarios de 53,1%. Nuevamente, eso no fue de la mano de los precios, que cayeron 10,1%, sino de las cantidades, que treparon 70,3%.

Consultado acerca de las razones que llevaron a la caída de las exportaciones manufactureras, el economista de la Undav, Sergio Chouza, afirmó: "La matriz exportadora de las industrias es más sensible al ciclo económico local que la de los productos primarios. La mayoría de los cultivos, cereales y resto de los productos primarios que se destinan a la exportación se producen en grandes cantidades y son commodities. En cambio los industriales, por varios factores, no alcanzan una competitividad para llegar a meterse en mercados globales. Primero está el factor de las escalas locales, que no les permite producir en cantidad para ser competitivos; y además, son más sensibles que el agro a subas de costos como la dolarización de tarifas y combustibles".

El economista Leandro Mora Alfonsín agregó la pata externa: "Además del problema de los mercadointernistas, que a fuerza de contracción del consumo y aumento de costos y poca rentabilidad vienen cayendo, tampoco hay buenas noticias desde el lado de las exportaciones. Esto tiene que ver con el pobre desempeño de Brasil. Una economía que estuvo desde 2013 hasta 2018 en recesión. La industria brasilera, que es demandante neta de productos argentinos, proyecta una baja de 0,3% para este año. Brasil además es el destino del 36% de las exportaciones MOI argentinas".

Una investigación publicada en 2015 por los economistas Daniel Schteingart y Diego Coatz, titulada ¿Qué modelo de desarrollo para la Argentina?, buscó qué denominadores comunes mostraron los países que lograron desarrollarse en el último siglo. Entre las conclusiones se destacó la preminencia relativa de las exportaciones de mediana y alta tecnología sobre el total (indicador de industrialización) y de altos niveles de investigación y desarrollo (I+D) en relación al PBI.

Ahí se ubican países como Japón, Alemania, Corea del Sur, Suiza, Francia, Estados Unidos, Suecia, Finlandia, Reino Unido, Bélgica, Países Bajos y Dinamarca, entre otros desarrollados. Tres excepciones aparecen: Australia, Noruega y Nueva Zelanda, que tienen altos niveles de I+D pero están relativamente primarizados. Schteingart y Coatz destacan que el camino australiano aplicado a Argentina implicaría dejar de lado que Australia tiene una dotación cuatro veces superior de recursos naturales per cápita y que el país de Oceanía tiene un déficit externo crónico de su cuenta corriente, financiado por su socio estratégico, Estados Unidos.

Fuente: Diario BAE