La producción pyme cayó 5,6% en noviembre y acumuló su séptima baja en fila
Con un mercado interno que no repunta, la producción de las pymes industriales cayó 5,6% en noviembre frente a igual mes del año pasado y acumuló el séptimo mes consecutivo en baja, de acuerdo con un relevamiento hecho por la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
Frente a octubre se registró un aumento de 1,6% en la medición con estacionalidad y para los 11 meses del año se acumula un retroceso de 2,2% frente a igual periodo de 2017.
Las bajas más acentuadas se dieron en “Calzado y marroquinería” (-18,2%), “Productos de metal, maquinaria y equipo” (-14,7%), “Productos de madera y muebles” (-13,5%), “Papel, cartón, edición e impresión” (-5,8%), “Productos químicos” (-4,2%), “Productos textiles y prendas de vestir” (-3,5%), “Productos de caucho y plástico” (-1,5%) y “Minerales no metálicos”’ (-0,8%).
En cambio, se mantuvo sin variación “Material de transporte” y subieron muy levemente la “Productos eléctrico-mecánicos, informática y manufacturas” (+0,7%) y “Alimentos y bebidas” (+0,4).
“La devaluación sólo nos benefició parcialmente porque tenemos muchos costos en dólares y hemos tenido que modificar varias veces el precio de venta en el transcurso del año”, afirmó Luis Lewin, vicepresidente de la Cámara Argentina de la Máquina Herramienta y Tecnologías para la Producción (CARMAHE), un sector que podría estar exportando más si la coyuntura ayudara, pero como aclara Lewin, conseguir clientes nuevos es una tarea que lleva tiempo.
En octubre el 50,6% de las industrias consultadas finalizaron con caídas en la producción anual (53,9% en octubre), y el 41,2% tuvo aumentos (36,7% el mes anterior), detalló CAME.
Asimismo, remarcó que lo que se redujo en noviembre fue la proporción de industrias con rentabilidad: 32,6% frente a 36,3% en octubre.
“La combinación de mayor empresas en alza con menor porcentaje sin rentabilidad, refleja una estrategia poco sostenible pero necesaria, que es bajar precios incluso vendiendo a pérdida, para conseguir liquidez. Pero sigue siendo elevada la proporción de industrias con rentabilidad negativa y nula”, indicó en el informe.
En tanto, industriales consultados señalaron que “la cadena de pagos se alargó mucho, en especial las más grandes son las que demoran los pagos y la cantidad de cheques rechazados es enorme”.
Para algunos subsectores vinculados a la vivienda, noviembre fue uno de los peores meses del año. Es el caso, por ejemplo, de la fabricación de mesadas de cocinas y muebles. Lo mismo para calzado y marroquinería, las ventas y producción fueron muy bajas. En sectores como indumentaria y algunos de alimentos, se incrementaron este mes las quiebras y posibles cierres, según las industrias consultadas.
En otro orden, CAME señaló que de acuerdo a cómo vienen los pedidos de producción, sólo el 8,2% de las industrias espera que la economía se reactive en el primer trimestre del año, mientras que el 55% señala que será a partir del segundo semestre, es decir, de julio en adelante. Además, indicó que un 17,1% es menos optimista y sostiene que en 2019 no habrá reactivación.
Afirmó que el uso de la capacidad instalada en las pymes volvió a bajar levemente en noviembre, a 56,5%, niveles muy bajo pero consistentes con la caída sistemática y profunda en la actividad.
“Un dato por ahora que preocupa son los bajos niveles de planes de inversión para 2019: el 49% de las firmas consultadas dice que no tiene intención de realizar inversiones, y sólo un 23% sí. El resto lo está evaluando. Recapitalizar la economía, especialmente las empresas, es fundamental para pensar en una reactivación con incrementos de productividad. Por ahora eso no se estaría dando”, concluyó.
Como dato positivo, indicó que volvió a incrementarse la proporción de industrias en crecimiento, a 41,2%, descomprimiendo muy levemente la situación del sector. Aunque sólo el 32,6% de los empresarios trabajaron con rentabilidad mientras que el 55% de las industrias consultadas creen que recién en el segundo semestre del año próximo comenzará a reactivarse la economía.
Fuente: Ambito