Llego a 32 el número de empresas en el Distrito Tecnológico
Ya hay 32 empresas de tecnologías de la información y la comunicación (TICs) que compraron un inmueble en el Distrito Tecnológico de Parque Patricios: en setiembre del año pasado eran 16. Y según los datos del Gobierno porteño, son 14 las que están en funcionamiento.
Además, de acuerdo a un estudio de la inmobiliaria L. J. Ramos, los precios de la tierra en la zona subieron alrededor de un 30%. Otro costado es la opinión de los vecinos, que reclaman más inversión pública para mejorar el barrio mientras dicen, como es lógico, que el impacto de la llegada de las industrias no contaminantes todavía no se siente con fuerza.
Un distrito tecnológico es un área en la que se promueve una actividad determinada. En el caso de Parque Patricios, la instalación de empresas TICs dedicadas al desarrollo de software, servicios informáticos o producción de hardware. Como incentivo, el Gobierno porteño las exime de pagar el ABL por 10 años, entre otros beneficios impositivos. También les ofrece una línea de créditos blandos del Banco Ciudad, que ya fueron solicitados por unas 50 empresas. Así el Ejecutivo busca revitalizar la postergada zona sur.
Manuel Vila, presidente del Foro de la Memoria del Parque Patricios, nació en el barrio y fue testigo de su declive. "Tiene un origen vinculado al matadero de los corrales, que funcionó desde 1872 hasta 1901. En la zona se instalaron industrias como curtiembres, frigoríficos y fábricas de calzado. Aún hoy la avenida Boedo, entre Caseros y San Juan, tiene marroquinerías. Pero en los 60, cuando se prohibió la emisión de gases contaminantes, las industrias se fueron". De acuerdo al Ministerio de Desarrollo Económico porteño, otras 5 empresas iniciaron los trámites para radicarse, 16 están reuniendo documentación para inscribirse, 45 están buscando un inmueble allí y 63 pidieron un informe técnico para calificar en los beneficios. En total, hay 378 interesadas. "Este año prevemos un importante calendario de inauguraciones de empresas en el Distrito", dijo el ministro Francisco Cabrera.
La estimación oficial es que, a fines de 2011, habrá 4.400 empleados trabajando en estas empresas. Según el informe de L. J. Ramos, en diciembre ya había 2.800 empleados, trabajando en un barrio donde viven 40.000 personas. Y en el transcurso de 2010, la cantidad de empresas treparía al medio centenar, con un total de 9.000 empleados.
Una de las empresas pioneras del distrito es Selnet, que desarrolla sistemas de seguridad electrónica, de control de acceso o de incendios. "Nos instalamos en Parque Patricios hace dos años, sin saber que iba a ser un Distrito Tecnológico, al que ahora adherimos. Es positivo, porque podemos reinvertir lo que ahorramos en impuestos. Aunque todavía faltan servicios, creo que la zona va a mejorar. Cuando se instalen más empresas, la demanda va a generar oferta y van a aparecer desde restaurantes hasta casas de fotocopias", dice su presidente, Roberto Alvarez.
Los vecinos todavía no notan un gran impacto. "Es incipiente -observa Silvana Fabrizio, que vive a la vuelta de Tata, la empresa india que inauguró el Distrito en Uspallata al 3000-. Se nota un poco más desde avenida Caseros hacia la calle Brasil, pero no tanto hacia el Riachuelo. Además, el Distrito Tecnológico tiene dos patas. Una es la inversión privada y la otra, la estatal en infraestructura urbana, donde se ve poca inversión. Los vecinos dicen, por ejemplo, que el plan de repavimentación no llegó.
La vecina Analía Cao advierte un repunte inmobiliario: "Hay muchos profesionales jóvenes comprando PH para reciclar, sobre todo en la zona del colegio Bernasconi. Y el año pasado pusieron un bar en Caseros y La Rioja, la esquina emblemática del barrio. También mejoró un poco la seguridad con respecto al invierno, cuando hubo un pico de descontrol. Para mí es positivo que se instalen empresas".
Según el informe de L. J. Ramos, desde que se promulgó la ley que creó el distrito, en diciembre de 2008, el metro cuadrado pasó de costar US$ 100 a US$ 130. Estos valores aún son la mitad que los de Palermo. Los departamentos nuevos en la zona cuestan US$ 1.500 el m2, mientras los usados rondan los US$ 1.150, un 24% por debajo del promedio de la Ciudad. Datos de un barrio que quiere mejorar y guarda esperanzas.