Los argentinos cambian dólares por pesos

Como nunca antes, aseguran en las ventanillas de los bancos, el público se está animando a soltar sus dólares para adquirir pesos. Mientras que hace apenas algunos meses tanto en entidades financieras como en casas de cambio del microcentro porteño el saldo diario de la compra-venta de billetes (dólar-peso) resultaba vendedor, hoy por el mejor clima esa ecuación se revirtió. “Cada vez estamos menos vendidos”, señalaban en un banco líder. “El promedio de los últimos dos meses es levemente vendedor.

En términos tendenciales, por ejemplo, la venta de divisas viene bajando. En septiembre nuestro saldo fue de u$s 200.000 vendidos contra u$s 70.000 vendidos en octubre al público minorista”, detallaron. En rigor, dependiendo de la entidad, hay bancos en donde al final de las jornadas, las compras de dólares superan sus ventas. “Mientras hace tres meses vendíamos cerca de u$s 15 millones por día, hoy están comprando entre u$s 3 y u$s 4 millones”, señalaron en una entidad que pisa fuerte en la venta de billetes al público.

Según explicaron en la mayoría de las mesas financieras relevadas por El Cronista, lo que impulsa a los pequeños ahorristas a deshacerse de los “verdes” recae en la necesidad de afrontar distintos gastos. Según dijeron, el cambio de tendencia no se trata de un movimiento que apunte a una decisión de inversión. “Lo que estamos viendo son venta de dólares del público para pagar gastos puntuales. La cantidad que venden es lo justo y necesario, para afrontar la suba de costo de vida o gastos propios de fin de año”, dijo el jefe de mesa de un banco extranjero. En esta línea y según algunos operadores, esta tendencia se debe a la “sobredolarización” que se registró en el primer semestre del año. “Los minoristas se están deshaciendo de los billetes que fueron adquiriendo en la primera mitad del año. En lugar de cancelar el plazo fijo en moneda local, venden sus dólares y se hacen de pesos”, señaló un cambista.

Así y todo, también están los que apuntaron a un cambio de carteras. Por lo pronto, según últimos datos del Banco Central, los plazos fijo en pesos crecieron un 5% entre octubre y los primeros días de noviembre y ya alcanzan los u$s 64.000 millones, recuperando los niveles de hace un año atrás. Entretanto, las colocaciones a plazo en moneda dura cayeron el mes pasado por primera vez en el año, aunque en menor medida –apenas u$s 110 millones–.

“Muchos de los ahorristas que se dolarizaron previo a las elecciones ahora ven que la divisa pierde fuerza y viran hacia los plazo fijos en pesos, por ejemplo, que rinden cerca de 12% anual”, dijeron en un banco de capitales locales. Y es que, aunque la renta aún no le gana a la inflación estimada en 15% anual, la ganancia resulta más atractiva que lo que rinde el dólar en estos momentos (anclado hace tres meses entre $ 3,82 y $ 3,84). A su vez, algunos inversores apuestan al arbitraje con tasas de interés, colocando un plazo fijo en pesos y cubriéndose en el mercado de futuros de dólar, con retornos interesantes entre 5% y 7% (en dólares). Pero, según comentaron, son los menos.

La persistente quietud del tipo de cambio es la que hace más segura la decisión del público de abrir el colchón. De hecho, desde mediados de 2009, debido a un mejor clima tanto externo como interno, la salida de capitales privados (entendida como la formación de activos extranjeros) empezó a mermar a punto tal que se revirtió por completo en octubre. La fuga pasó de un promedio mensual de u$s 1.800 millones en la primera mitad del año, a una entrada cercana a los u$s 500 millones en el décimo mes del año. Otro de los termómetros: el precio de los contratos del dólar futuro hoy se pacta a $ 3,83 para fin de año. Otro marcador: el dólar informal hace tres meses que cotiza en $ 3,80, por debajo del oficial. (EL CRONISTA.COM)