Los bonistas del canje de 2020 aceptarían iniciar un nuevo diálogo con el Gobierno
Los bonistas que ingresaron al canje de deuda de agosto de 2020, aceptarían cualquier invitación de la ministra de Economía, Silvina Batakis, para restablecer las relaciones hoy rotas con las autoridades argentinas. Y varios de ellos aseguran que insistirían en que los contactos para concretar el cruce con los nuevos funcionarios locales del Palacio de Hacienda, y cualquier otro integrante del Gabinete nacional, sea lo más rápido posible. Y en el modo que desde Buenos Aires se determine. Esto es, una reunión personal en Nueva York (lo que recomiendan) o un encuentro virtual a través de las potentes computadoras y pantallas de los operadores de Wall Street.
Aseguran, además, que, más allá del mal humor que reina en los fondos de inversión y bancos que aún sostienen deuda argentina reestructurada por Martín Guzmán, el diálogo puede ser recompuesto de manera inmediata. Y “de buena -”, según la definición de uno de los integrantes del grupo Bondholders, que une a muchos de los participantes del canje de agosto de 2020, que aún mantienen en sus carteras millones de dólares en títulos públicos reestructurados a precios de default. Consideran que la alternativa de tomar contacto con las nuevas autoridades argentinas sería un muy buen gesto; pero aclaran: no implica necesariamente avalar el plan económico y las propuestas de la Argentina. Sino, simplemente, volver a restablecer una relación, hoy rota y con bonos navegando cómodamente en zona de default, más allá de la tenue recuperación de ayer.
El plan de Batakis La novedad se cruza con la intención, adelantada ayer por este diario, sobre la voluntad de Silvina Batakis y su equipo de establecer algún tipo de puente diplomático financiero con los bonistas (al menos los más importantes) para explicar parte de los lineamientos del paquete anunciado el lunes pasado, y que, a los ojos de Economía, apunta fundamentalmente a darle claridad a los mercados financieros sobre la previsibilidad fiscal de la Argentina. Y al sostenimiento de la meta fundamental cerrada con el Fondo Monetario Internacional (FMI): el déficit fiscal de 2,5% del PBI.
Según la visión de Batakis, este mensaje debería alcanzar, al menos, para que se restablezca la comunicación, y que los tenedores de deuda dejen de manifestar el mal humor que casi diariamente expresan en cada rueda de los mercados. Y, obviamente, para que dejen de lado las definiciones agresivas con las que recibieron a la ministra. El mismo grupo describió a Batakis el mismo lunes de su llegada al Palacio de Hacienda como “Piromaníaca”, y, en consecuencia, incapaz de apagar un fuego. Evidentemente, con este nivel de diplomacia bilateral, es imposible de trabajar, reflexionan en ambos lados, con lo que cualquier decisión para mejorar el contacto sería bien recibida. De ambos bandos.
Críticas a Guzmán La fuente de Bondholders, analizó la situación actual generada a partir de la salida de Guzmán, de la siguiente manera:
Describen al exministro Martín Guzmán como “un académico que vive fuera de la realidad”, y con una personalidad “muy arrogante” que llegó “pensando en resolver los problemas a su manera equivocada” y “adoptando una postura agresiva frente a los mercados”.
El principal error de Guzmán sería que “después de nueve incumplimientos y un historial horrible, creía que Argentina tenía que pagar tasas de interés como Estados Unidos”, lo cual era “un error tremendo”.
La fuente considera que “ahora se dio cuenta de que había fallado y abandonó el barco”.
Se lo relaciona y compara con el exministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, “que estuvo a punto de declarar en default al país por segunda vez con sus teorías absurdas y luego se fue”.
Cree que “nadie en el mercado nunca esperó nada de Guzmán. Solo estaba allí para mantener abierto el acuerdo puente con el FMI”.
Sobre el futuro, la posición es dura: “Actualmente, Argentina está pagando casi cero por la deuda y, a pesar de esto, no tiene reservas y el mercado local está cerca del incumplimiento. ¿Por qué? Porque el modelo económico es insostenible”.
La idea de Batakis, aceptada en principio por los bonistas, es establecer puentes de contacto para cambiar la idea general que los tenedores de deuda tienen sobre Argentina. Evidentemente, será una tarea dura.
Fuente: Ambito