CONSUMO
Los sectores bajos recuperan su poder de compra
Tras más de cuatro años de continuo crecimiento de la economía argentina a un promedio del 8% anual, las capas más humildes de la población recuperan poco a poco su capacidad de consumo y de mejora en su calidad de vida gracias al claro fortalecimiento del empleo y los salarios. Así lo indica el artículo publicado por Universia Knowledge Wharton.
Esta tendencia ha venido acompañada por un importante aumento de servicios financieros no bancarios, es decir, aquellos que trabajan fuera de las regulaciones del BCRA (Banco Central de la República Argentina), la máxima autoridad monetaria del país.
En este segmento, se agrupan servicios como las tarjetas de crédito de shoppings y comercios, los préstamos personales para comprar bienes, seguros, transferencias de dinero y los préstamos en efectivo.
Hoy este mercado se encuentra representado, según indica un reciente informe de Claves, una consultora argentina especializada en el análisis de mercados de consumo, "en un 14,7% por financieras no reguladas, y el resto se reparte entre comercios (9%), bancos especializados y pequeñas financieras (12,8%), y mutuales (1,3%).
Sin embargo, los bancos públicos y privados se llevan la mayor parte del crédito al consumo: el 62%". br / br / En Argentina, señala Eduardo Gagliano, presidente de AMBA (Asociación de Marketing Bancario Argentino), "el negocio de servicios financieros para personas físicas ha venido aumentando su importancia a la luz del incremento del consumo, propiciado por el crecimiento económico que ya lleva más de cuatro años en este país.
Ello se ve reflejado especialmente a través de los préstamos personales y de las tarjetas de crédito, que en su conjunto representan hoy cerca del 30% del total de préstamos al sector privado". Gagliano ofrece un postgrado en Administración de Organizaciones Financieras con título de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Claro que este repunte del sistema financiero argentino no hubiera sido posible sin la mejora de los índices de pobreza, empleo y salarios, indican los expertos.
En concreto, un estudio del Programa de Coyuntura Económica del Departamento de Economía de la UCA (Universidad Católica Argentina), que coordina el Lic. Ernesto A. O Connor señala: "La tendencia del aumento del crédito para consumo responde también a una recuperación de los salarios de un promedio del 21%, por encima de la inflación del INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) de un 9% anual -organismo que presenta dudas debido a la intervención del Gobierno- y de análisis privados, que la ubican en un 15% anual".
Por otro lado, según el reporte de la UCA, basado en datos oficiales del INDEC, durante el primer trimestre de este año la brecha de ingresos entre el 10% de la población más rica y el 10% más pobre mostró una reducción del 16,7%, lo cual disminuye seis veces la diferencia entre ambos extremos. Por otro lado, el nivel de desempleo del INDEC se ubica en un 9,8% de la población.
En definitiva, "las buenas condiciones macro que benefician a la región determinan que cada vez se acentúe la inclusión de las personas de bajos recursos tanto en Argentina como en la región", sostiene Andrés Méndez, economista de la consultora privada Finsoport. Para el caso particular de Argentina, añade, "no debe olvidarse que la crisis de 2001 alejó a gran parte de los potenciales clientes del acceso al crédito y esto, hoy, está determinando una creciente bancarización en todos los segmentos".
Quiénes y cómo se financian
Los principales beneficiaros de estos servicios financieros no formales son los trabajadores en relación de dependencia, los monotributistas (autónomos), los jubilados y pensionados. Y una de las mayores ventajas respecto de los bancos privados y estatales es que los requisitos son pocos y accesibles: DNI (Documento Nacional de Identidad), últimos dos recibos de sueldo y un servicio de vivienda (luz, gas, etc.), e ingresos mínimos de 400 pesos (130 dólares al mes), según la empresa.
Las jefas o jefes de familia, jubilados o pensionados que se acercan a un comercio o local a la calle que ofrece este tipo de servicios, llegan con muchas ganas de concretar pequeños sueños: comprar un televisor nuevo, un radiador para el invierno, ropa deportiva o zapatillas para el fin de semana, concretar un pequeño viaje para visitar a la familia o pagar una deuda. Todas estas necesidades no superan en general los 15.000 pesos (4.800 dólares), que es la cuantía máxima que suelen ofrecer las financieras.
La Tarjeta Actual, por ejemplo, está orientada a asistir a los pobladores de la zona del Alto Valle, en la provincia de Neuquén, ubicada en la Patagonia Argentina. "Nuestros usuarios pueden o no estar bancarizados y les brindamos la posibilidad de realizar consumos en comercios de la zona y en el resto del país", cuenta Norberto E. Etchegoyen, director de la firma, que factura cerca de 30 millones de pesos al año (9,7 millones de dólares).
Este tipo de servicio, dice, "tiene directa relación con el nivel de ingreso de la población y con el desarrollo económico que está experimentando la economía en Argentina y, en especial, en ciertas provincias como Neuquén, vinculada a la exportación de frutas y al sector petrolero".
Una de las principales ventajas de este servicio financiero es que al ser una tarjeta no bancaria, "tenemos la posibilidad de ser más flexibles en los requerimientos que se le exigen a los clientes para su calificación crediticia y aunque nos demandan una atención mucho más personalizada, al momento del pago, la clientela es mucho más cuidadosa con compañías como la nuestra que le brindan alternativas adicionales de consumo", confía Etchegoyen.
En el caso de esta tarjeta, los consumos que se llevan a cabo "están centrados en casas de electrodomésticos, indumentaria, alimentos y artículos deportivos", dice el directivo de Actual, empresa que planea expandirse en otras ciudades pequeñas del interior del país, donde los trabajadores tienen baja inserción en el sistema bancario.
De hecho, en el primer trimestre de 2007, las ventas de electrodomésticos y artículos para el hogar en Argentina mostraron una facturación de 1559 millones de pesos (502 millones de dólares), lo que significa un alza interanual del 36%, según el Ministerio de Economía de la Nación.
La otra cara de la moneda
Entre las claras desventajas de los servicios no bancarios, se cuentan los altos intereses que se acumulan en las cuotas de las tarjetas de crédito o de los préstamos, que superan el 40%. En este sentido, muchas de las empresas que ofrecen préstamos personales no aclaran en sus páginas de Internet o en los folletos promocionales cuáles son los intereses reales que deben afrontar los clientes.
Para Méndez, de Finsoport, "quizás uno de los principales problemas está desde el lado de la informalidad y de la escasa cultura financiera que existe en el país. Lo cierto es que no existen datos del mercado que contabilicen cuánto dinero se mueve en estos servicios financieros, ya que no se encuentran regulados por el BCRA".
De acuerdo al informe elaborado por Claves, en el segmento de créditos para consumo, "se espera una fuerte competencia en el segmento de ingresos de entre 1200 y 1500 pesos (380 y 580 dólares al mes) entre bancos, financieras y retailers. Es donde habrá mayor número de nuevos integrantes del mercado. Pero pese a la fuerte competencia, habrá una tendencia al alza de las tasas de interés de los préstamos y de la financiación con tarjetas".
También han sido tentadas empresas de los alrededores, como la mexicana Elektra, del Grupo Salinas, que ya abrió dos locales en el Gran Buenos Aires, donde se ofrecen créditos por fuera del sistema bancario. En México, esta empresa creció de la mano de mini cuotas semanales para sus clientes.
Hasta ahora, tres marcas se posicionan como líderes en el mercado local: la cadena de retail Garbarino, que vende electrodomésticos y viajes la Tarjeta Naranja en el mercado de tarjetas de crédito no bancarias y la mutual dentro SMSV (Sociedad Militar Seguro de Vida).
En cuanto a los niveles de deuda de este tipo de cartera de créditos en el mercado argentino, "después de la crisis económica del año 2001, los niveles de morosidad han ido mejorando muy significativamente y en la medida en que mejora el nivel de empleo de la población, los clientes han tratado de mejorar su situación crediticia con el fin de acceder y recobrar su posibilidad de compra a crédito", sostiene Etchegoyen, de Actual. Hoy en día, el nivel de desempleo alcanza al 9% de los argentinos.
El desafío de la bancarización
Para el economista Andrés Méndez, los bancos también tienen desafíos en el futuro: "Deben avanzar en la inclusión de quienes aún no participan en la utilización de los servicios financieros.
Más aún, las entidades oficiales deben afrontar el desafío de bancarizar a los sectores más rezagados. Pero fundamentalmente, deben propiciarse políticas que apunten a reducir la economía informal que es el principal enemigo del pleno acceso a los servicios financieros, en particular, de los sectores de bajos recursos".
En sintonía con Méndez, el presidente de AMBA, Eduardo Gagliano, sostiene que el proceso de bancarización en Argentina "es un verdadero desafío que habrá que afrontar exitosamente, ya que los espacios vacíos alguien tendrá que ocuparlos.
Además del perfil social de estas prestaciones también el segmento de bajos recursos puede representar un negocio rentable y de baja morosidad. Muchas entidades ya lo percibieron y están trabajando intensamente en este sentido".
Fuente: Universia Knowledge Wharton