AYER EN LA LEGISLATURA
Macri asumió la jefatura porteña
Con un discurso llano, sin apelar a números ni estadísticas, y moderado en lo político, Mauricio Macri juró ayer ante los legisladores porteños, como nuevo jefe de Gobierno, tarea que desempeñará por los próximos cuatro años.
Macri tuvo palabras conciliadoras con Cristina y Néstor Kirchner. También adelantó que "la agenda metropolitana" lo obligará a trabajar junto a Daniel Scioli, nuevo gobernador bonaerense. La evolución de esa relación, se sabe, será atentamente mirada desde la Casa Rosada. Ante la mención de los Kirchner, en el recinto de sesiones de la Legislatura no hubo silbidos ni murmullos.
En la ceremonia, también juró como vicejefa de gobierno, la ex legisladora Gabriela Michetti.
Desde la autonomía consagrada por la Constitución porteña en 1996, Macri es el tercer mandatario electo, (Fernando de la Rúa y Aníbal Ibarra -dos veces- lo precedieron) y el quinto en ocupar el ejecutivo porteña (Enrique Olivera y Jorge Telerman asumieron en reemplazo de aquéllos).
Macri prestó su juramento ante 48 legisladores que ayer terminaron su mandato. También estuvieron algunos de los entrantes. Entre ellos, Aníbal Ibarra, quien fuera destituido por un juicio político de la Legislatura, a raíz de la tragedia de Cromañón. Antes de tomar su banca, Ibarra saludó a los ministros de Telerman, Enrique Rodríguez, Diego Gorgal y Silvia Fajre (el gabinete saliente ocupó las primeras filas), pero evitó cruzarse con el ahora ex secretario de Medios, Oscar Feito. En las gradas estuvo el nuevo gabinete macrista.
Fiel al protocolo, el vicepresidente primero de la Legislatura Santiago de Estrada, invitó a cinco legisladores (entre ellos, Diego Santilli, que lo reemplaza como autoridad legislativa) para que buscaran a Macri y Michetti, que aguardaban en un salón contiguo. Macri recibió el bastón de mando (hecho especialmente para la ocasión), de manos de Telerman. Hubo un abrazo seco. Después, Macri y Michetti, realizaron el juramento de rigor (ambos lo hicieron por "Dios, la Patria y los Santos Evangelios").
La ceremonia de traspaso de mando empezó apenas 15 minutos más tarde de lo programado. Casi el mismo tiempo que le demandó a Macri leer su discurso.
Nueve aplausos lo interrumpieron. Uno de ellos sobrevino cuando dijo: "No podemos engañarnos más con anuncios de obras que después no se concretan. En mi gobierno, obra que empieza es obra que debe terminarse en fecha".
"Mejorando la capacidad de inversión-dijo-, se podrán mejorar las escuelas, los hospitales, las plazas, el transporte, la vivienda". Macri envió un mensaje conciliador al empleado estatal: "Valoremos a los que trabajan, quiero recuperar la carrera pública, los concursos y el mérito".
Sobre su política en materia de seguridad, el gran caballito de batalla de su campaña electoral, dijo que mejorará "cuando haya una policía bien paga y bien entrenada, una Justicia eficiente y una Ciudad más integrada". "Debemos parar al crimen y al narcotráfico, que quieren robarle el futuro a nuestros hijos", agregó.
"Le deseo el mayor de los éxitos en su gestión. Tenemos diferencias, pero de nuestra parte puede esperar seriedad, honestidad y buena fe", dijo al aludir a Cristina Fernández. Macri recibió el séptimo aplauso.
Al saludar a Néstor Kirchner, dijo: "Todos saben que hemos tenido muchas diferencias. Siempre lo lamenté. Si hubiésemos dialogado, podríamos haber hecho más por la gente. Pero no quiero dejar de reconocer su compromiso con sus ideas y con el trabajo. Le deseo la mayor de las suertes". Octavo aplauso.
También aludió a Scioli y a "la agenda metropolitana (que) nos obliga a trabajar juntos, estar cerca y ayudarnos". Macri dijo compartir "la misma responsabilidad" con el ex vice de Kirchner. Cada vez que llueven flores desde el macrismo hacia Scioli, hay escozor en la Rosada.
Macri dijo querer ser recordado como "la generación de dirigentes que cambió el juego. Llegó la hora de poner manos a la obra de hablar menos y hacer más". Noveno aplauso y final. (CLARÍN)