LO QUE SE VIENE

Macri piensa en combatir la evasión "a lo Montoya"

El jefe de Gobierno electo de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, coquetearía con las polémicas ideas del recaudador bonaerense, Santiago Montoya, para mejorar las cuentas fiscales porteñas.

Aunque en los equipos macristas descartan que estén pensando en instrumentar una reforma tributaria en la Ciudad de Buenos Aires, sí admiten que pondrán toda la artillería en la fiscalización tributaria.

Es decir, que a partir del 10 de diciembre, esa artillería tributaria se traducirá en más inspecciones, el cruce informático de datos y en supervisar declaraciones juradas de los contribuyentes.

Fuentes técnicas del macrismo advirtieron que en algunos casos se evaluaría la utilización de sistemas de supervisión y control similar al Google Earth, con mapas tridimensionales que Montoya usó para controlar si los bonaerenses declaraban al día las reformas introducidas en sus casas.

En la Ciudad, este método serviría, por ejemplo, para controlar a pequeños comerciantes o talleres que, en muchos casos, no tributan porque operan en negro o declaran que se dedican a una actividad de menor facturación a la que realmente se dedican.

En las arcas fiscales porteñas, el 74% de los ingresos los explica el pago de Ingresos Brutos. Lo pagan comercios, industrias y algunos profesionales. Por eso, para los futuros equipos macristas será clave detectar si lo que se paga en ese concepto es lo que corresponde o si está subfacturado.

El Presupuesto porteño de este año superaría los 10.000 millones de pesos, según prevé la ley en curso. Aunque la actual gestión de Jorge Telerman, según sostienen los propios macristas, habría garantizado que entregará el poder con un déficit lo más cercano posible a cero, lo cierto es que habría dudas de que eso pueda cumplirse y se esperaría como mínimo un rojo de 200 millones de pesos.

Además, aunque hubiera déficit cero en las cuentas fiscales, el futuro Gobierno porteño deberá obtener recursos para financiar la Policía propia con la Macri insistió tanto tener y que el Congreso Nacional le concedió, aunque sin una partida presupuestaria para financiarla.

El primer susto que habían tenido los porteños respecto de lo que se viene en materia tributaria fue el anuncio sobre una aumento en las tasas que se cobraban por el ABL, que en algunos casos podrían llegar al 200%. El decreto de Jorge Telerman quedó sin efecto, pero una comisión parlamentaria discute los nuevos coeficientes, también con fuertes subas. Macri confía en ponerlo en marcha para 2008. (CLARÍN)