ECONOMÍA

Más recursos para expandir la producción y el consumo

Antes del brindis por el flamante 2008 y del descanso en El Calafate, la presidenta Cristina Kirchner le dejó en claro a su equipo que la prioridad en materia económica será el mercado interno. Los funcionarios y empresarios que se quedaron en Buenos Aires ya trabajan en las recetas para tratar de sacar provecho de ese lineamiento y aumentar la producción.

Con la idea de mayor producción-menor suba de precios, el Gobierno tiene un diagnóstico sobre la situación energética que vivirá la industria el próximo invierno. Salió del escritorio del ministro de Planificación, Julio De Vido.

Al equipo económico, la presidenta Kirchner le dio la orden política de que cuando finalice este año, los precios no deberían trepar ni por asomo más allá de 15 por ciento.

Para ejecutar la orden presidencial, un sector del kirchnerismo le reclamaría al Banco Central una política monetaria más agresiva. Mientras tanto, en todos los pasillos de la Casa Rosada miran con preocupación el posible impacto inflacionario de las futuras pujas salariales. A las habituales renegociaciones de los convenios esta vez se agrega que la CGT deberá, también a mediados del 2008, elegir a un nuevo conductor, lo que agrega un condimento político de peso.

El Gobierno de Cristina Kirchner ya tiene un primer diagnóstico energético optimista. Apuestan a que habrá más oferta que en 2007. La justifican en el éxito de concientización en consumidores residenciales que le auguran al plan de ahorro de energía. Incluso, un sector del Gobierno impulsa la idea de que este mismo fin de semana comience la entrega de lamparitas de bajo consumo.

Por otro lado, confían en las inversiones que las grandes fábricas hicieron en el último año para tener generación propia. Además, confían en que habrá centrales nuevas en acción (algo que los empresarios esperaban para los últimos años de la gestión de Néstor Kirchner).

Mientras en el Gobierno miran con optimismo el próximo invierno energético (que será clave para sostener el nivel de actividad de la industria, el sector que viene motorizando la suba del PBI), los hombres de negocios observan con sorpresa el fortalecimiento del ministro de Planificación, Julio De Vido, y del secretario Guillermo Moreno.

Admiten que, a pesar del escándalo de la valija venezolana y de los métodos del secretario de Comercio que tantas veces cuestionaron, en voz baja, en el sector privado el tándem De Vido-Moreno promete consolidarse.

El traspaso de Camessa (que el sector privado define como la mesa de negociación del sistema eléctrico) a la órbita de Planificación fue un dato leído en ese sentido por parte de los hombres de negocios, quienes luego de cuatro años de tratarlo, comienzan a admitir los logros energéticos del propio Moreno. Aun en los cinco grupos que más facturan del país, sus ejecutivos le reconocen el gerenciamiento que hizo el año pasado de la crisis.

Además, la participación del secretario de Energía, Daniel Cameron, parece cada vez más recortada, contrariamente a lo que preveían los propios hombres de negocios antes del 10 de diciembre. Volviendo a Moreno (un incondicional de Kirchner) en el riñón K le reconocen que su condición de "soldado las 24 horas" evitó una crisis política en torno a la inflación del 2007.

Tal vez por esas mismas razones sería para este año, que preanuncia fuertes pujas precios-salarios, también Moreno el centinela elegido por la Rosada para custodiar la meta de inflación 2008. En la nueva gestión deberá tener, a lo sumo, un crecimiento anual del 10% al 15% debido a los reacomodamientos que se vendrían en las tarifas de algunos servicios públicos, como ya pasó con los transportes.

Aunque Martín Lousteau, el ministro de Economía, está decidido a convivir con Moreno, el sector más duro del kirchnerismo ya presentó sus quejas por lo que considera una excesiva demora por parte del funcionario en la presentación pública del nuevo método de medición del índice de precios en el INDEC.

A la hora de motorizar la orden de la Presidenta —más producción-menor suba de precios— el ministro y el equipo de la Secretaría de Industria, que conduce el ex Iveco Fernando Fraguío, aceleran la firma de acuerdos con distintos sectores para aumentar la producción.

Aunque nadie lo admite, todas esas negociaciones también tienen como prioridad el mercado interno. Uno de los ejes centrales de esas negociaciones es garantizar la producción para que no se disparen los precios en las góndolas.En esos acuerdos por cadena de valor (que venían discutiéndose desde el Gobierno anterior) ya se sentaron las alimenticias y las automotrices. Pasarán ahora textiles, el sector informático y la construcción.

Hasta ahora lo que surge de esos encuentros es la necesidad de agilizar la reconversión del BICE en una suerte de BNDES criollo (que financie proyectos productivos como pasa en Brasil). En rigor, también apareció otro dato político novedoso. Si en medio de una negociación estalla un conflicto de coyuntura, como pasó con los tamberos, la letra chica del acuerdo podría llevar la firma disimulada de Guillermo Moreno. Pero en el Gobierno dicen que fue sólo por ese caso puntual, claro. (CLARÍN)