Nuevo reclamo del agro al Gobierno de Cristina Kirchner
Con pocas esperanzas de ganar la batalla para derogar las facultades delegadas en el Senado, la Comisión de Enlace decidió volver a presionar al Gobierno y le pidió por carta al jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, "respuestas urgentes" para "la parálisis productiva" que, según el agro, vive el país.
"El diálogo no es una foto, sino la vía para resolver las cosas. Por eso le pedimos a Aníbal Fernández respuestas urgentes a los pedidos que le hicimos en la última reunión, y que se concreten las medidas prometidas el pasado 31 de julio", afirmó el presidente de Federación Agraria Argentina, Eduardo Buzzi, a la salida de la reunión sostenida ayer con sus pares de la Comisión de Enlace.
"Hay una cantidad de medidas que no se cumplieron, por eso le pedimos al Gobierno respuestas. Tiene que demostrar que cumple lo que promete", acotó el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Mario Llambías. En la reunión participaron también el vicepresidente de Federación Agraria, Ulises Forte; el vicepresidente de la Sociedad Rural, Alejandro Delfino, y el economista de Coninagro, Daniel Asseff.
La escueta carta, de sólo tres párrafos, hace hincapié en "los múltiples problemas que padece el sector", en "la difícil situación del sector agropecuario" y en "la angustia que atraviesan los productores y el interior del país".
Fue dirigida exclusivamente al jefe de Gabinete, la persona del Gobierno que mejor relación tiene con los ruralistas.
Lo que el campo reclama, entre otras cosas, son retenciones del 25% para la soja y del cero por ciento para el resto de las producciones, la liberación de las exportaciones, el desmantelamiento de los controles que ejerce la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca) sobre la producción agropecuaria y que se concreten las promesas hechas por el Gobierno en el encuentro del 31 de julio, que incluyen la liberación de los embarques de trigo y maíz y las compensaciones al novillo pesado.
Con la carta enviada a Fernández, los ruralistas dieron un giro en su estrategia, ya que después de la última reunión con el Gobierno se habían mostrado escépticos respecto de la voluntad de la Casa Rosada de llegar a un arreglo con el sector. Ellos habían expresado la intención de volcar sus energías para presionar al Congreso.
Hoy, con pocas esperanzas de ganar la batalla contra las facultades delegadas en el Senado, que le permiten al Ejecutivo fijar las alícuotas de los derechos de exportación, la dirigencia rural vuelve a insistir con el Ejecutivo y no descarta recurrir a la Justicia. "Vamos a recurrir a todos ellos para luchar por lo que queremos", dijo Llambías.
Los ruralistas consideran que la victoria del Gobierno en Diputados muestra que el oficialismo no está debilitado. "El kirchnerismo está fuerte y parado en el centro del ring y listo para dar batalla. No está languideciendo como muchos pensaban", dijo Buzzi.
Además, los representantes de las entidades desestimaron la vuelta al paro agropecuario. "Hay mucha bronca y desánimo en los productores, pero la efervescencia de 2008 no está más. Hay que seguir trabajando para dialogar. La ruta es una herramienta, pero en este momento no queremos usarla ni vamos a instigar a las bases a hacerlo", dijo Forte.
Con escasas posibilidades de lograr cambios en el Congreso hasta la asunción de los nuevos legisladores en diciembre y pocas señales del lado del Poder Ejecutivo, hoy el ruralismo debate qué caminos tomar para lograr soluciones rápidas para los productores.
"Parece mentira que estemos volviendo al mismo nivel de producción de hace 15 años. Hace un año y medio que desde el Gobierno nos someten al vacío, todos los sectores de la producción están inmersos en una crisis y tenemos cero resultados de nuestros intentos de diálogo", reflexionó Delfino. La crisis del campo 40% Cayó el área de trigo
* La superficie de trigo sería de 2,7 millones de hectáreas, contra los 4,6 millones del ciclo anterior.
25% Caería la siembra de maíz
* Según estimaciones privadas, la superficie de maíz apenas llegaría a los 1,9 millones de hectáreas. (LA NACIÓN)