Nuevos satélites argentinos con servicios para el agro

A partir de 2017 la Argentina pondrá en órbita dos nuevos satélites con un conjunto de servicios para el sector agropecuario. Se trata de la Misión SAOCOM, que impulsa la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.

“SAOCOM es uno de los desarrollos tecnológicos más importante que se encararon en la Argentina”, destacó Fernando Hisas, gerente de Proyectos de la CONAE, quien agregó: “Es de punta a nivel internacional, que suma el trabajo de la comisión y de todo el sistema científico y tecnológico nacional”.

La novedad se dio a conocer en una jornada del Encuentro Permanente de Asociaciones Científicas (EPAC), organizada junto a investigadores de la agencia espacial argentina, centros del sistema nacional de investigación, desarrolladores de tecnología y usuarios de imágenes satelitales. Allí se adelantaron algunos de los aspectos más importantes del Plan Espacial Nacional 2016-2027, que se presentaría en los próximos meses ante el Poder Ejecutivo Nacional.

“Con cada misión satelital se generan oportunidades de usos de nuevos datos, con grandes ventajas”, explicó Pablo Mercuri, director del Centro de Investigación de Recursos Naturales (CIRN) del INTA. De acuerdo con ese especialista, esta misión permitirá obtener información “muy importante, tanto para los productores como para las instituciones gubernamentales”.

SAOCOM en detalle

El proyecto comprende la construcción de dos satélites que la Argentina lanzará en 2017 y 2018, respectivamente, y que se integrarán al Sistema Ítalo Argentino de Satélites para la Gestión de Emergencias (SIASGE), una constelación que comprende, en total, seis satélites que por primera vez van a ofrecer información bibanda: dos SAOCOM argentinos equipados con sistemas de radar en banda L y cuatro COSMO-SKYMED italianos, con sistemas de radar en banda X.

Funcionando en conjunto, los seis satélites se complementan para ofrecer productos y servicios de teledetección con Radar de Apertura Sintética (SAR) en bandas L y X, aptos para seguimiento de inundaciones y conocimiento de la humedad de suelo, entre otros beneficios.

“El SIASGE es un sistema que ya está operativo y será seguido por el SIASGE II para darle continuidad a una serie de aplicaciones impresionantes”, enfatizó Conrado Varotto, director ejecutivo y técnico de la CONAE. “El SIASGE II ha sido formalizado con la firma de una carta de intención por el ministro Lino Barañao como presidente del directorio de la CONAE y el presidente de la Agencia Espacial Italiana (ASI) durante su reciente visita a nuestro país”, finalizó.

En el marco de este proyecto, en los próximos meses los productores podrán acceder a un conjunto de nuevos servicios online provistos mediante imágenes satelitales que la CONAE está realizando junto a técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), para medir la humedad en el suelo, mejorar estrategias de fertilización y las decisiones ante la aparición de fusariosis en el cultivo del trigo. Además, los nuevos satélites permitirán alertar sobre potenciales inundaciones.

El objetivo principal de la Misión SAOCOM es proveer información con cobertura global cada ocho días, con resolución que varía de 10 a 100 metros, según el modo de captación. Como poseen instrumentos que operan en el rango de las microondas, pueden obtener información en cualquier condición meteorológica y hora del día ya que, a diferencia de las cámaras ópticas, no necesitan de la iluminación solar para operar y tampoco son afectados por la presencia de nubes, niebla o lluvia.

Laura Frulla, investigadora principal de la Misión SAOCOM de la CONAE, se refirió al uso de radares en aplicaciones realizadas junto al INTA. “Los radares se pueden utilizar como una herramienta para realizar estadísticas de campaña o planificar estrategias productivas en todos los cultivos, monitorear enfermedades o el vigor de la vegetación, e identificar áreas afectadas por una inundación o una sequía. Además se pueden elaborar mapas de salinidad en el agua y en la tierra”. El uso de estos radares se extiende al monitoreo de humedales, así como de zonas forestadas y desforestadas y áreas afectadas por incendios, y permiten hacer un seguimiento de glaciares o planificar el crecimiento y evolución de espacios urbanos.

Fertilización

En la misión SAOCOM, parcialmente financiada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID),  la CONAE y el INTA trabajan juntos en el desarrollo de los diferentes servicios que ofrecerán a los agricultores, una vez que los satélites estén en órbita. No obstante, hasta que estén operativos (en 2017 y 2018) los investigadores están trabajando con los satélites italianos COSMO, que forman parte de la misma constelación y ya están en órbita.

La iniciativa también apunta a capacitar a los productores, asesores técnicos y otros usuarios de tecnología satelital. “El usuario está muy acostumbrado a utilizar imágenes ópticas. Las nuevas imágenes de microondas, que ofrecen datos de las texturas, generan más información y demanda de capacitación para interpretarlas”, dijo Frulla. Uno de estos servicios apunta a la fertilización, a partir del desarrollo de una herramienta de apoyo al proceso de toma de decisión para el manejo de trigo, maíz, soja y girasol. El sistema simula el crecimiento y desarrollo de los cultivos en interacción con el ambiente, asimila la humedad de suelo y permite evaluar estrategias de manejo y fertilización. Con la información climática y de suelos almacenadas se generan perfiles de humedad modelados y escenarios comparativos de rinde considerando las diferentes estrategias de manejo propuestas por el productor a través de una página Web.

“El agricultor, desde una computadora, va a poder ingresar datos relacionados con distintos escenarios de rinde, coordenadas geográficas, genética de los cultivos y el período de interés y el sistema va a generar resultados con gráficos para analizar y decidir si corresponde fertilizar y bajo qué estrategia, con estimaciones de rinde y de humedad del suelo hasta dos metros en profundidad”, detalló Frulla.