Ola de huelgas en Europa
Con la incipiente recuperación económica aún en duda y en medio de crecientes reclamos de austeridad, fogoneados por los grandes déficits fiscales de Grecia, Portugal, Irlanda y España, trabajadores del sector aéreo y petrolero, entre otros, protagonizan una ola de huelgas en contra de las reducciones salariales y de beneficios sociales.
Gran parte de las protestas se registraron en el rubro aerocomercial: los controladores franceses iniciaron ayer una huelga de cuatro días que dejó a miles de pasajeros varados y derivó en la suspensión de cientos de vuelos. La medida fue convocada en protesta por los planes de integrar el control del tráfico aéreo en seis países europeos, algo que, según los controladores franceses, podría ocasionar pérdidas de puestos de trabajo y de beneficios sociales.
La huelga empezó justo cuando los pilotos de la línea aérea alemana Lufthansa levantaban un paro que de todas formas provocó serios trastornos y los de British Airways decidían lanzar otro. El personal de ambas firmas teme por el futuro de sus salarios y de la seguridad social, en momentos en que las aerolíneas lidian con la recesión global y la agresiva competencia de las compañías de aviación de bajo costo.
"Estos no son militantes faltos de juicio que quieren dañar a una empresa. Son gente común y decente que hacen un trabajo altamente profesional y evidentemente tienen un conjunto de preocupaciones muy fuerte", dijo Len McCluskey, secretario de Unite, sindicato que agrupa a los trabajadores aeronáuticos británicos.
En Francia, las huelgas en la petrolera Total se extendieron de seis a diez refinerías. La protesta, que provocó una importante falta de combustible en las estaciones de servicio, fue lanzada para manifestarse contra el cierre de una planta de refinado en Dunkerque.
Sarkozy, preocupado La situación era tan complicada ayer que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, decidió convocar al presidente de Total, Christophe de Margery, para debatir una salida al conflicto, que ha provocado importantes trastornos para los ciudadanos.
Además, los sindicalistas griegos se preparaban ayer para un paro general que tendrá lugar hoy (ver aparte) para repudiar el severo ajuste que implementa el gobierno. Se prevé que unos tres millones de asalariados del sector público y privado suspendan sus actividades.
Estos trabajadores, como los que bloquearon ayer la bolsa de Atenas y los que repudiaron en Madrid la propuesta del gobierno de elevar la edad jubilatoria de 65 a 67 años (ver aparte), temen perder los beneficios sociales que les costó décadas obtener en momentos en los que los gobiernos y las empresas se ajustan el cinturón para mantener su solvencia.
El futuro de Europa Las medidas de fuerza son los últimos signos de la creciente preocupación que se vive en Europa respecto del futuro del trabajo y de los beneficios sociales, en un continente que lucha por mantenerse competitivo a escala global. El desempleo se ubica en el 10% en la eurozona y en un 19% en España, el país con mayor número de desocupados del bloque.
"Los programas de estímulo han permitido un repunte económico durante los últimos 20 meses. Ahora que la ayuda estatal se estabiliza y está empezando a ser retirada progresivamente, el panorama aparece repentinamente sombrío", dijo el economista francés Frederic Bonnevay.
A esto se añaden los mediocres resultados económicos de la eurozona en el último trimestre del año pasado (0,1% de crecimiento), lo que hizo temer que vuelva la recesión luego del leve repunte (0,4%) que se experimentó el tercer trimestre de 2009.
Paralelamente, países como Grecia, Portugal, Irlanda y España deben poner en marcha fuertes recortes del gasto público para estabilizar sus respectivas economías, lo que podría ocasionar más desempleo y conflictividad social.
Grecia es el país más complicado de este grupo: debe demostrar para marzo que se encamina este año a reducir en cuatro puntos su déficit (del 12,7% al 8,7%), lo que lo ha llevado a un gran ajuste que está siendo muy resistido por los trabajadores.
La incertidumbre económica de Europa está golpeando especialmente al sector aéreo, cuyas compañías "deben enfrentar las consecuencias de la crisis y están pagando por los malos resultados que han tenido desde 2008", dijo el economista francés Jean-François Jamet.
"La crisis golpea a sectores en los que no se mantiene la inversión y eso añade presión sobre el empleo", afirmó, y dijo que las próximas elecciones en Francia (regionales) y en Gran Bretaña (generales) les están proporcionando a los sindicatos de ambos países la posibilidad de buscar concesiones de candidatos que buscan la reelección. (LA NACIÓN)