OTRA SUBA DE RETENCIONES
Ponen precios máximos para exportar petróleo y naftas
El secretario de Energía suele tener sus explosiones. Pero, el lunes pasado, Daniel Cameron se retiró parco y silencioso de un encuentro con funcionarios del Ministerio de Economía. Le preguntaron cómo sería finalmente el aumento en las retenciones de petróleo que planeaba el Gobierno y contestó, seco: "No como yo hubiera querido".
La medida, firmada ya por el presidente Néstor Kirchner, que se publicará en las próximas horas en el Boletín Oficial, consiste en una virtual fijación de precios máximos para la exportación de crudo y derivados.
La decisión, que congelará seguramente los precios de las naftas en los surtidores, tiene un sello inconfundible: Guillermo Moreno, secretario de Comercio Interior, el demiurgo del plan. "Lo tomamos para divorciar los precios internos de los internacionales", dijo ayer a LA NACION un funcionario que trabajó en el esquema. Será, según los petroleros, un golpe certero al núcleo del negocio energético en el país.
¿De qué se habla? En números: si el barril estuviera, por ejemplo, a 95 dólares en el mercado de Texas (ayer cerró a 93,39), las retenciones a las exportaciones de petróleo, que hoy son del 45%, se ubicarían en más de 120%. Y para las naftas, hoy con un 5% de alícuota, quedarían en 34%. En otras palabras: el Estado, que hasta ayer se llevaba 29 dólares por ese barril a 95, recibirá desde ahora 53.
Se trata, sin dudas, de la medida más áspera que Kirchner le propinó a esta industria desde que asumió. Lo explicaba anoche el malhumor de varios petroleros. "El silencio da sus frutos. El que calla otorga", se burlaba un economista, en referencia al temor de los empresarios a expresar sus ideas en público.
Las quejas se escucharon, otra vez, bien bajito: "Es tremendo -se irritaron en una compañía-. Hay que barajar y dar de nuevo en todos los proyectos que estamos haciendo. Desde ahora, habrá que tener un criterio selectivo." Antipática o no, la decisión le aportará al Estado, sólo por el crudo, unos 3600 millones de pesos por año.
Moreno trabajó con varios funcionarios del Ministerio de Economía. De ahí la bronca de Cameron, que la juzga espantadora de inversiones. LA NACION se comunicó por la tarde con un técnico del área energética del Ministerio de Planificación. "No tengo idea -contestó-. Nosotros no trabajamos en eso. El tema impuestos es de Economía. Aun si quisiéramos, no podríamos." Pero fueron los ministros Julio De Vido (Planificación) y Miguel Peirano (Economía) quienes lo anunciaron en la Casa Rosada. De Vido dijo que la iniciativa permitiría volver a los precios de los surtidores de julio.
El mercado y los analistas son menos optimistas: a lo sumo, no subirán más. Momentos antes, Kirchner había reunido en su despacho a todos los involucrados en la contienda: Moreno, Cameron, Peirano y De Vido.
El nuevo esquema fija un valor de corte del barril de crudo de US$ 42. Quiere decir que, de ahí hacia arriba, aunque fuera de 100, el resto del precio irá al Estado. Y otro valor de referencia en los US$ 60,9: por debajo, habrá una retención del 45%. Para la nafta, el corte mínimo será de US$ 78, y el de referencia, de 113. Cada derivado tendrá un esquema similar.
"Es una medida más que razonable -se entusiasmó De Vido- y apunta a proteger el mercado interno, la competitividad de la economía, salvaguardar el interés de todos los argentinos de un recurso que es de todos y que además es no renovable." Peirano coincidió: "Los precios internacionales suben, y evidentemente las retenciones son un instrumento apto para garantizar la evolución de los precios internos".
Los sectores más progresistas celebraron la medida. "Esto mejora el sistema de retenciones de Lavagna -dijo el analista Gustavo Calleja, vicepresidente del grupo Moreno y director del departamento de Energía de la Fundación Arturo Illia. Si producir un barril les cuesta a las petroleras 5 dólares, con 42 ganan igual. Las naftas están faltando y las mandan para afuera." ¿No se afecta la inversión?, se le preguntó. "No. Si hace 27 años que no invierten. Acá no invierte nadie. Se van a Libia", respondió.
Del lado petrolero se oyeron murmullos de disgusto. "Es una nueva contribución morenística al mercado energético argentino", se exasperó un ejecutivo. Al coro de lamentos podrían sumarse en las próximas horas los gobernadores de las provincias petroleras, que cobran regalías sobre los ingresos.
Desde otros sectores se deslizaba anoche un efecto residual: quizá caiga el valor de algunos activos, incluido el 25% de YPF que el banquero Enrique Eskenazi pretende comprar el año próximo. Por lo pronto, ayer se desbarrancaron las acciones de las petroleras en la Bolsa. (LA NACIÓN)