Preadjudican los proyectos de las represas hidroeléctricas de La Barrancosa y Cóndor Cliff
El Gobierno nacional resolvió preadjudicar ayer la construcción de las represas hidroeléctricas Cóndor Cliff y La Barrancosa, por erigirse sobre el río Santa Cruz, a un consorcio empresarial conformado por la brasileña Camargo Corrêa y las firmas locales IMPSA y Corporación América. Esas futuras represas, que reunirán un potencial conjunto de 1.740 MW, demandarán una inversión estimada en torno de los $16.000 millones en un plazo previsto de cinco años.
A esos emprendimientos que, además de avanzar en la expansión de la explotación de los recursos energéticos hacia la frontera sur del país –objetivo que en realidad ya estaba encarado a partir del 2006 cuando se resolvió extender el sistema de alta tensión desde Puerto Madryn hasta Pico Truncado– se suman la adjudicación al Grupo Isolux Corsan de la obras de una usina carbonera de 240 MW, que se prevé poner en marcha hacia fines del 2012 en Río Turbio.
Uno de los datos más sustantivos de la decisión ayer adoptada por la Presidenta Cristina Fernández es que esas obras hidroeléctricas nuevas apuntarán a profundizar la diversificación de la matriz energética primaria nacional.
Esas futuras represas ayudarán a terminar en forma concluyente con el aislamiento energético que Santa Cruz padeció durante décadas.
Otro de los datos que refuerza la importancia de la decisión de encarar esos proyectos estriba en que el río Santa Cruz constituye uno de los cursos de agua cordilleranos más caudalosos del país, cuyo módulo medio de escurrimiento oscila en 420 metros cúbicos por segundo.
Si bien el Paraná es, con sus 13.000 m3 por segundo y con el concurso de Yacyretá el de mayor caudal aprovechado desde el punto de vista energético, luego le sigue en importancia por sus aportes hídricos el río Limay, con 1.300 m3 por segundo.
Ello determinó que a partir de la década del ’70 se construyeran en distintos momentos las represas de El Chocón, Alicurá, Arroyito y Piedra del Águila.
A modo de anticipo de la adjudicación de Cóndor Cliff y La Barrancosa, hace un mes el Gobierno lanzó la licitación de las obras de extensión de la red de alta tensión hasta Río Gallegos, Río Turbio y El Calafate, localidad vecina a los futuros aprovechamientos de Cóndor Cliff y La Barrancosa.
Siguiendo ese tren de decisiones cruciales en materia de proyectos energéticos en menos de un mes, o muy poco más, la estatal Nucleoeléctrica Argentina espera poder suscribir con los próximos operadores privados de la ex Atomic Energy of Canada Limited (AECL) el contrato de cooperación tecnológica que permitirá extender la vida útil de la usina atómica de Embalse por otros treinta años.
El revamping de esa usina de tecnología canadiense implicará asumir una inversión estimada en torno de los u$s800 millones.
A pesar de las recurrentes críticas que se emiten desde ámbitos de la oposición contra la política energética nacional, lo cierto es que los planes trazados por el Gobierno han visto acelerarse sus tiempos de lanzamiento.
En simultáneo con los acontecimientos que se verifican, en unos escasos meses el país verá concluir los trabajos ambientales que harán factible elevar a una cota de 83 metros el lago del embalse de Yacyretá.
En ese contexto, seguramente antes de fin de año el Ministerio de Planificación prevé conferir el visto bueno para licitar la construcción de una usina hidroeléctrica en el vertedero del brazo Aña Cuá, del complejo hidroeléctrico de Yacyretá.
También en muy contados meses se terminarán los trabajos de montaje de la usina atómica de Atucha II, cuyas tareas de arranque, tanto del reactor como de su parte convencional de generación, tendrán inicio en los primeros meses del 2011.
Frente a la perspectiva de la finalización de Atucha II y de Yacyretá, cuyos trabajos insumen ingentes recursos financieros, no debe llamar la atención que el Gobierno se lance a abordar una nueva serie de proyectos energéticos, tal como es el caso de la preadjudicación de las represas de La Barrancosa y Cóndor Cliff y de la extensión hasta el extremo sur del sistema en alta tensión.
Sólo restaría asistir en menos de un año a la selección de un nuevo proveedor de tecnología que permita acometer la construcción de una cuarta usina atómica de gran potencial, que ya se dio en identificar como Atucha III porque se levantaría en un predio ubicado aguas arriba de Atucha I y II. El proyecto de Atucha III abriría la perspectiva de afrontar una inversión millonaria, porque se trataría de un reactor de uranio enriquecido que el vicepresidente de la francesa Areva, Dominique Mockle, postuló lanzar en un módulo de 1.600 MW.
(El Argentino)