Proponen regular el monocultivo de la soja
El titular del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), Enrique Martínez, alertó sobre la necesidad de controlar el avance del monocultivo de soja y expresó la idea de avanzar en un proyecto de ley para la utilización racional del suelo. En 2009, más del 23% de las exportaciones del país correspondieron a esa oleaginosa.
Para la campaña agrícola 2009-2010, se ha estimado en 18.150.000 hectáreas la superficie sembrada de soja. "Supone un 0,6 % más que en la campaña 2008-2009 y constituye un record histórico", señalaron las fuentes del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación. La verdadera dimensión del avance de la soja se termina de comprender al saber que el cereal que la sigue en superficie sembrada es el maíz, con 3.600.000 hectáreas, apenas 1/6 de la oleaginosa. Martínez, aseguró que "el patrimonio del suelo es colectivo" y consideró que "es necesaria una ley nacional para el uso racional de la tierra". El funcionario explicó que "hoy, en la medida en que la soja es rentable, se ha convertido en un monocultivo que está deteriorando la fertilidad del suelo". Y subrayó que "el uso continuo de la tierra la empobrece inexorablemente".
"La alternativa es establecer rotaciones obligatorias a partir de dictar una ley de uso del suelo agrícola, donde para cada región se defina cuáles son las opciones admitidas para mantener la fertilidad y las otras opciones no sean permitidas. En tal caso, es probable, que la ganadería extensiva quede incluida en toda rotación", propuso. En diálogo con Buenos Aires Económico, Martínez expresó que lo que ocurre actualmente es que "se optimiza la renta de corto plazo y de grandes capitales, en lugar de tomar como valor superior la fertilidad global, que es lo que aseguraría que el pan de hoy no sea el hambre de mañana".
En este sentido, dijo que "existe una conciencia de que hay que hacer algo con el uso irracional de la tierra, entonces surgió la idea de un proyecto de ley para el uso racional del suelo". El titular del INTI recordó que son 13 mil las unidades agrícolas -de un promedio de 25 mil hectáreas cada una- que se deberían controlar para que no practiquen el monocultivo, afectando el suelo. "Es más fácil que cobrarle el ABL a las propiedades de dos manzanas en Caballito", ironizó. Martínez indicó que "el 60% de la superficie sembrada en el país corresponde a soja, y en muchos lugares la rotación es soja sobre soja". En tanto, sostuvo que "la propiedad privada no da derecho a hacer un uso destructivo del suelo" y explicó que "una ley que regule el uso de la tierra no es para afectar a nadie sino para que nuestros nietos puedan contar con este recurso natural en buenas condiciones".
El presidente del INTI advirtió que "se supone equivocadamente que controlar implica solamente que el Estado se apropie de una parte de la ganancia, por ejemplo a través de retenciones. Así se omite, el problema de la afectación del suelo derivada del monocultivo". En esta línea, consideró que "el Gobierno está más cerca de entender este problema que la oposición". En 2009, cerca del 23,3% de las exportaciones correspondieron a porotos de soja y sus derivados: pellet, harina y aceite, por un total de u$s12.989 millones. El 72% de los porotos de esta oleaginosa fueron vendidos a China.
QUITA MÁS DE LO QUE APORTA. El director del Centro de Investigación de Recursos Naturales del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Roberto Casas, afirmó que "con el cultivo extendido de soja se termina con un balance negativo de la materia orgánica del suelo". El especialista explicó que "la soja posee un rastrojo que es rico en nitrógeno pero el monocultivo hace que esta leguminosa le quite más materia orgánica de aquella que le aporta a los suelos". Otra complicación que presenta la soja es la forma de su raíz. "La forma (de la raíz) es de eje por lo que no genera porosidad y los suelos tienden a compactarse", precisó.
Casas resumió los problemas del monocultivo de soja en disminución de la materia orgánica de los suelos, desprotección de los mismos ante la erosión y compactación de la tierra.
El funcionario del INTA afirmó, en conversación Buenos Aires Económico, que en la región pampeana, en los últimos 20 años, el suelo ha perdido un promedio del 30% de sus componentes orgánicos. Como alternativa, el especialista propuso los cultivos de cobertura, entre dos siembras de soja. En este sentido, dijo que el centeno es un buen cereal para intercalar.
"A estos cereales de cobertura se los seca antes de que espiguen y le aportan a los suelos carbono, lo mantienen cubiertos antes procesos de erosión y favorecen la porosidad", precisó. Roberto Casas sostuvo que hay una mayor conciencia sobre los peligros que generan los monocultivos.
"El problema es que el monocultivo de la soja es muy rentable. Entonces la existencia de contratos cortos también facilita el hecho de que la ganancia prime por sobre la racionalidad", afirmó. El funcionario del INTA dijo que "sería muy buena una ley de suelos que en un sentido más amplio tienda a la conservación de recursos y a controlar la erosión".
Por su parte, el ingeniero Roberto Alvarez, docente de la Facultad de Agronomía (UBA) y especialista en fertilidad de suelos, sostuvo -en conversación con Buenos Aires Económico- que el monocultivo "actualmente genera muy poco efecto negativo sobre el suelo", aunque advirtió que "si la soja no se rota con trigo y maíz se va a registrar una pérdida de la materia orgánica del suelo" Con respecto a un proyecto de regulación para el uso racional del suelo, afirmó que "será difícil frenar la rentabilidad que hoy tiene la soja con una normativa". Y recordó que "en el país existió una ley de conservación de suelos que nunca se aplicó".
(Buenos Aires Economico)