Récord de producción y consumo de calzado

A pesar de las reiteradas quejas por las importaciones asiáticas, la industria del calzado se prepara para marcar récords de consumo y producción: los empresarios del sector pronostican que este año se fabricarán más de 100 millones de pares de zapatos y zapatillas, destinados en gran parte al mercado interno, lo que significa que cada argentino, en promedio, comprará 3,1 pares. De ser así, en la Cámara de la Industria del Calzado (CIC) aseguran que la Argentina se convertirá en el décimo productor mundial de calzado, detrás de China, India, Brasil, Pakistán, Italia, Turquía, México, Japón y España.

“Continuaremos incrementando la producción local de marcas internacionales”, explica Hernán Grimoldi, gerente de Nuevos Negocios en la firma homónima, e hijo de Alberto Grimoldi, el CEO. La compañía trabaja con las marcas Merrell, Hush Puppies, Timberland, CAT, Kickers y The North Face, entre otras. Y a fines de 2008 inauguró en la ciudad santafesina de Arroyo Seco.

“Nosotros el año pasado tuvimos un repunte en las exportaciones y una caída en el mercado interno, y así mantuvimos el nivel de producción”, explica Alejandro Talpini, dueño de Hurón Shoes y de la firma Talpini. Entre otras marcas, la empresa produce modelos para Ricky Sarkany, Silla Argentina, Satori, Boniface, AirBorn y Prototype. Sin locales propios, Talpini se dedica a producir modelos de gama alta, todos en cuero y “materiales exóticos”, en sus dos fábricas ubicadas en Lanús.

El objetivo de las marcas locales es aprovechar la fama del cuero argentino para ganar nuevos mercados: el 50% de la producción local está basado en ese material, el resto son derivados textiles, sintéticos, caucho y plástico. De acuerdo con Alberto Sellaro, titular de la CIC, las exportaciones de cuero representan US$ 1.000 millones anuales. “Si nosotros le agregáramos valor, la cifra treparía a los US$ 5.800 millones”, dijo. De todos modos, la gran mayoría de los fabricantes apuestan al mercado interno: el 79% del consumo nacional de calzado se abastece con producción nacional, indica Sellaro, de la CIC. El resto proviene del exterior.

Grimoldi, Hurón Shoes, Oxígeno, Ferli, Giorgio Benetti, Briantino y Tosone encabezan la lista de productores y exportadores argentinos. Por ejemplo, Tosone comercializa su producción a través de cinco locales propios. Sólo el 30% se destina al exterior, y todos son productos de alta gama.

“Producir y comercializar otros modelos no es una alternativa rentable debido a que en los segmentos bajos está la competencia desleal de productores y comerciantes informales”, sostiene Grimoldi. “El producto (de alta gama) que nosotros podemos exportar a todo el mundo también es el fuerte en el mercado interno”, machaca Francisco Bárbaro, socio gerente de Giorgio Benetti. “Nuestro fuerte es sostener nuestra propia marca y, a la vez, producimos para otras 100 marcas diferentes”, agrega sobre los objetivos de una firma, que vende en seis locales propios y posee una planta industrial.

Salvaguardas

”La contracara de no descuidar a los clientes argentinos significó una caída del 25,6% en las importaciones de calzado en 2009 (24,5 millones de pares)”, subraya Eduardo Bianchi, secretario de Industria, la cartera que encabeza Débora Giorgi. Hay dos razones que explican la caída: por un lado, la crisis internacional, que redujo la demanda; por el otro, las salvaguardas impuestas a la entrada de calzados desde Brasil. Para zafar de esas restricciones, muchas compañías brasileñas se instalaron en el país: SPA (dueña de Alpargatas), Paquetá (fabrica para Adidas), Dilly (Fila) y Grendene (Reebok).

Al respecto, Bárbaro reconoce con honestidad: “Las medidas de protección nos benefician, pero por otro lado, al no tener competencia, vamos quedando desactualizados con respecto a las tendencias de los países más desarrollados”.

En materia de exportación, la sostenida demanda internacional de calzado de alta gama y de cuero alimenta los buenos pronósticos. Las exportaciones “tienen que crecer entre 7 y 8 puntos” en 2010, sostiene Arellano, de la CIC. En ese sentido, Talpini asegura que “hay quienes piensan que la exportación no es negocio cuando el mercado interno está muy fuerte, pero creo que se equivocan: es una inversión a largo plazo y es buen momento para invertir”. Y Bárbaro, de Giorgio Benetti, remata: “El mercado interno es la base de toda industria, pero para crecer hay que apuntar al mercado externo”. (iECO)