Rescatan una empresa autopartista y el Gobierno impulsa la fabricación de un motor 100% nacional

La empresa de autopartes Taranto se convirtió ayer en la principal candidata a comprar Mahle, la fábrica rosarina cerrada por sus dueños alemanes. Con la gestión por recuperar la planta, el Gobierno intentará dar otro paso hacia un objetivo mayor: según pudo saber Crítica de la Argentina, se apuntará a la recuperación de autopartistas para la construcción integral de un motor nacional.

El proyecto es consistente con el discurso oficial acerca de la necesidad de proteger la industria local de la competencia externa en el actual contexto de crisis. La base para la iniciativa será una ley sancionada el año pasado por el Congreso, de Desarrollo y Consolidación del Sector Autopartista, que prevé beneficios fiscales para las compañías que integren partes nacionales a sus productos elaborados.

El secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Antonio Caló, le dijo a este diario que “la empresa volverá a ponerse en marcha en unos 20 días” una vez que se concrete la operación. Además de Norberto Taranto, que ayer mismo visitó la planta, figuran como posibles compradores Pillson King, una autopartista de La Matanza, y otro grupo empresario con la participación de Paladini, el fabricante de embutidos y fiambres.

Caló, junto a los delegados de la planta de Mahle, mantuvo ayer una reunión con el ministro de Trabajo, Carlos Tomada. En el encuentro se oficializó la lista de candidatos a continuar con las operaciones de la planta rosarina, que elabora aros de pistón. El lunes, los dueños alemanes de Mahle confirmaron su decisión de retirarse de Rosario, aunque mantendrán sus actividades en Rafaela.

“Mahle va a funcionar con o sin los alemanes en unos 20 días, y Taranto es el principal interesado. Salimos satisfechos de la reunión porque el Gobierno se puso al frente de la negociación y esto permitirá reabrir la fuente de trabajo de 460 personas”, agregó el jefe de la UOM.

Claudio Maldonado, delegado del personal de la compañía, dijo que la compra de Mahle por un capitalista local forma parte de la estrategia oficial de “fabricar un motor argentino”. “Tomada dijo que el Gobierno quiere hacer un motor nacional”, agregó. En la misma estrategia debe anotarse la compra de Paraná Metal, la autopartista de Villa Constitución, por parte de Cristóbal López, un empresario afín al matrimonio Kirchner.

Como informó ayer este diario, los fabricantes de piezas temen una fuga de capitales multinacionales con inversiones en la Argentina. En el sector explicaron que las plantas afincadas en el país están sujetas a las decisiones de las casas matrices, más proclives a concentrar su negocio en países como Brasil o México antes que la Argentina.

Sobre este punto, Maldonado recordó que los alemanes compraron Mahle hace apenas dos años y denunció que “lo hicieron para vaciar la fábrica y volver a importar aros desde la planta que tienen en Brasil”.

El dueño anterior de la planta de aros de pistón era Dana, de capitales estadounidenses. Dana retuvo en la Argentina dos fábricas en la provincia de Buenos Aires y otra en San Luis, y en el sector la visualizan como la próxima víctima de la crisis luego de Mahle y Paraná Metal. “La situación en Dana es crítica, por ahora hay licenciamientos rotativos pero la producción no termina de nivelarse”, advirtió el secretario gremial del sindicato de mecánicos (SMATA), Ricardo Pignanelli. (CRÍTICA DIGITAL)