Siete bancos europeos reprobaron la prueba de resisitencia ante una crisis
Siete de los 91 bancos europeos sometidos un test de estrés que mide su solvencia y solidez no pasaron la prueba, según comunicó hoy el Comité Europeo de Supervisores Bancarios (CEBS por sus siglas en inglés).
Las siete entidades no cumplieron el requisito de las pruebas consistente en garantizar un mínimo de 6 por ciento de fondos propios vinculado con los compromisos del banco, indicó el CEBS. El monto que les faltó a esos bancos fue de 3.500 millones de euros.
De los siete bancos, cinco son cajas de ahorro españolas que habían pedido fusionarse al Fondo de Reestructuración y Ordenación Bancaria- Cajasur, Diada, Espiga, Banca Cívica y UNNIM-, así como el ya nacionalizado banco alemán Hypo Real Estate Holding y el griego ATE Bank (Agricultural Bank of Greece).
De acuerdo con el examen que se realiza por segunda vez en forma con conjunta en la zona del euro, las pérdidas de valor ante un escenario adverso y una eventual crisis de deuda soberana serían de 566.000 millones de euros en el período de 2010-2011. Esto significa que deberán recaudar fondos para reforzar su situación financiera.
En el escenario adverso, el ratio Tier 1 para el conjunto de los bancos examinados, caería del 10,3 por ciento en 2009 al 9,2 por ciento a finales de 2011 frente al mínimo regulatorio obligatorio del 4 por ciento y el 6 por ciento fijado para el ejercicio, señala el comunicado.
El CEBS recordó que el umbral del 6 por ciento se utilizó sólo para la prueba de resistencia porque el Tier 1 mínimo obligatorio para los bancos supervisados por la UE es de un 4 por ciento.
Los tests de estrés buscan medir las reacciones de los bancos ante circunstancias adversas e inesperadas midiendo una serie de variables de riesgo. Y calcula la cantidad de capital necesario para absorber pérdidas y resguardar los compromisos asumidos.
El CEBS recibió el mandato del ECOFIN (Consejo de Asuntos Económicos y Financieros) de llevar a cabo por segunda vez estas pruebas en cooperación con el Banco Central Europeo (BCE), la Comisión Europea y la supervisión de las autoridades nacionales de la UE.
El Comité Europeo de Supervisores Bancarios destacó que -al margen de los bochazos- el resto de las entidades calificó bien. Los mercados recibieron con alivio la noticia pues se esperaba que fueran muchos más los que no pasaran la prueba. En comparación con 2009, donde se concentró la prueba en 26 de los principales bancos europeos, el foco en el 2010 se amplió a 91 entidades.
(Clarin)