Tarjetas: cuesta hasta un 85% financiarse
A pesar de ser una de las maneras más costosas de financiarse, el uso de la tarjeta de crédito sigue siendo una de las preferidas por los consumidores. De hecho, pagar el mínimo e ir abonando el resto en cuotas llega a tener un costo -que varía según cada banco- del 85,2% anual. Así lo explica un comunicado difundido ayer por el Banco Central, que se basa en información proporcionada por las entidades financieras, según el Régimen de Transparencia.
De acuerdo con esa información, la tasa nominal anual (TNA) promedio que cobraron las entidades en abril a los clientes que pagaron el mínimo y financiaron el saldo se ubicó entre un 33,7% y un 36,5%. La diferencia en la alícuota se da ya que cada banco define cuánto cobrar según sea el perfil del cliente, el riesgo de financiamiento y la política comercial. Estas tasas promedio se mantuvieron sin cambios en la comparación con los datos anteriores, de noviembre del año pasado, según datos del BCRA.
Impulso
El financiamiento del consumo a través de las tarjetas es uno de los que más subió en los primeros meses del año, debido al impulso del consumo que se manifestó en las cuotas de hasta 50 meses para compra de algunos electrodomésticos y las promociones para sumar puntos o millas que dan los bancos. Según información del BCRA, en la segunda semana de julio el stock de créditos vía tarjetas superó los $ 21.443 millones, lo que implica una tasa de crecimiento interanual del 37,7%.
Si bien la tasa promedio es de entre el 33% y el 36%, entidades como Caja de Crédito Cooperativa La Capital del Plata cobra el 85,2%. Le siguen GE Compañía Financiera, con un 66,9%; Compañía Financiera Argentina, con un 59,9%; Banco Columbia, con 55%; y Banco Sáenz, con 54,8%.
En el otro extremo del amplio espectro de tasas compensatorias cobradas está el Banco de La Pampa, con un 20%; Credicoop, con el 24%; Nuevo Banco de La Rioja, con un 25%; el HSBC, con el 25,3%; y el Banco Municipal de Rosario, con un 26%.
La TNA publicada no es el costo final que paga un usuario de tarjeta. Además hay que adicionar el IVA, el seguro de vida sobre intereses, y los gastos administrativos y de renovación. El costo financiero total se ubica así en tres o cuatro puntos porcentuales más.
Algunas entidades bonifican el cargo de gasto de renovación a determinados clientes que cumplan con condiciones como ser un cierto nivel de consumo, débito automático o si adhiere a otros produc-tos que ofrezca el banco. Sin embargo, quienes lo afrontan abonan entre $ 20,64 y $ 55,73, según los valores promedio.
Existen plásticos que son sólo para realizar compras dentro del país y otros que permiten hacerlo en el exterior. En general, no hay diferencias significativas en las tasas compensatorias cobradas, ni en los seguros de vida ni en los gastos administrativos. Sin embargo difieren considerablemente el costo de renovación y el ingreso mínimo requerido. El gasto para mantener las tarjetas internacionales es del doble o hasta del triple, en comparación con las que son sólo para consumo nacional.
«Los ingresos mínimos requeridos fueron, en promedio, $ 796 para tarjetas de uso local exclusivamente, con una alta concentración de entidades que exigen hasta $ 1.000», sostuvo el BCRA. Para los plásticos que permiten también efectuar compras en el exterior hay que percibir una remuneración promedio de $ 1.222, aunque en algunas entidades el requisito se eleva hasta los $ 2.500.
(Ambito.com)