Tras la suba de junio, las tasas de los plazos fijos se mantienen estables, en torno del 10,5%
En los bancos lo repiten una y otra vez: “Hay una liquidez terrible”, dicen en las mesas. Sin embargo, no estiman que las tasas de los plazos fijos bajen en el corto plazo.
Recalentadas levemente a mitad de año –debido al pago de impuestos, aguinaldos y a una tibia expectativa de salida de depósitos– las tasas subieron hasta ubicarse en los actuales niveles de 10,5 y 10,75 por ciento para colocaciones a 30 días. En el mercado, creen que se mantendrán estables en el corto plazo.
“Sigue habiendo liquidez y los bancos siempre privilegiaron preservarla. Se tienen que mantener, están ahora en niveles más razonables. Si el dólar sigue planchado no deberían moverse”, indicaron en la mesa de un banco.
La Badlar de bancos privados(tasa promedio para los plazos fijos mayoristas de más de un millón de pesos) había vuelto a niveles de un dígito en diciembre del año pasado. Luego, en junio, volvió a superar esa barrera.
“Parece que estas tasas vinieron para quedarse. Hay una serie de factores. El BCRA no está comprando en spot, está empezando a pagar en el mercado de futuros, por lo cual la tasa implícita de los futuros aumentó”, señalaban en la mesa de otro banco privado y agregaban que a eso se le suma el hecho de que el indicador M2 está muy cerca del límite establecido en el programa monetario, lo que lo obliga a esterilizar más dinero a través e LEBACs.
En el mes de julio, la base monetaria creció $6.904 millones, ubicándose en $134.066 millones, según los datos del último informe semanal del Banco Central.
El crecimiento de la base monetaria, si bien está aún en los límites previstos, genera cierta inquietud respecto de la presión que pueda ejercer en los precios. No hay por el momento una decisión política de subir los encajes bancarios, una de las opciones para “secar” un poco el mercado.
Para absorver más pesos del mercado, el BCRA intensificó el uso de una de las herramientas habituales de su política monetaria: las Lebac y Nobac. Hace dos semanas permitió nuevamente a las empresas participar en las licitaciones de estos títulos.
De todas formas, desde las mesas indicaron que la participación de las empresas por ahora es muy baja, ya que les afecta el impuesto a las transacciones. “Hasta que no liberen el impuesto al débito no van a comprar más. Te piden un vencimiento menor a 90 días, que rinde el 12% más o menos, pero el impuesto te come un 4,87%”, explicaban en un banco. En la mesa de dinero de una entidad pública, en tanto, comentaban: “Algo vienen comprando pero no mucho”.
Agregaban además, que en el mercado secundario no hay mucha actividad. “En general ahí se mueve siempre la parte más corta de la curva y no te da la tasa para la entrada y salida. La mayoría se los quedan a?finnish”, dijeron.
La liquidez es uno de los principales atractivos de las Lebac. En las últimas licitaciones las ofertas fueron abundantes y el Banco Central pudo convalidar pequeñas bajas en las tasas.
Buena parte de esa demanda se concentra hoy en compañías de seguros o fondos de inversión que no pagan el impuesto a las transacciones, y pueden sacar provecho de la liquidez y tasas superiores a las de plazos fijos.
(El Argentino)