EXPORTACIÓN
Trigo: Brasil compra en Canadá porque Argentina no le vende
Uno de los negocios más tradicionales de la Argentina, la exportación del trigo que necesita Brasil, entró en zona de peligro esta semana porque el vecino país comenzó a buscar proveedores en otras regiones del mundo.
Es que —al igual de lo que sucedió en 2006 con la carne vacuna—, desde marzo pasado el Gobierno tiene prohibidas las ventas de trigo al exterior, para evitar que aquí falte el cereal y se disparen los precios del pan y otros alimentos.
Según informó la Bolsa de Comercio de Rosario, en base a datos de la Junta del Trigo de Canadá, en los últimos días los molinos brasileños concretaron la compra de tres barcos cargados de trigo de dicho país, por unas 80.000 toneladas.
Así, dieron el primer paso para conseguir trigo de otros países en momentos en que la Argentina tiene cerrado su registro de exportaciones. Se estima que Brasil deberá importar cerca de 2 millones de toneladas hasta octubre desde otros orígenes para garantizar su abastecimiento.
Sin la Argentina en la cancha, los mayores candidatos son Estados Unidos y Canadá.
En las últimas décadas, y en especial desde que se puso en marcha el Mercosur (y estos embarques quedaron liberados de aranceles), Brasil compra el cereal casi con exclusividad en la Argentina, en un negocio que moviliza de US$ 800 a 1.000 millones al año.
El vecino país volverá a ser este año el mayor importador mundial del grano: como su cosecha fue pobre, necesitará adquirir 7,9 millones de toneladas.
Los países productores de América del Norte, más Rusia y Australia, siempre pretendieron tan enorme mercado, aunque no podían ingresar por los competitivos valores del trigo argentino.
Ahora se relamen: en su reciente venta, Canadá incluso habría hecho un jugoso descuento de 30 dólares por tonelada para poder establecer una cabeza de playa.
De las 8 millones de toneladas que necesita Brasil, la Argentina le aportó este año solo 4 millones y difícilmente pueda ofrecerle más en caso de que reabra sus exportaciones, ya que en total lleva vendidas al mundo 8,8 millones de toneladas, sobre una cosecha estimada en 14 millones.
Para el año próximo las cosas no prometen mejorar, porque la siembra del cereal (que acaba de comenzar) se ve desalentada por la intervención del Gobierno, que no solo limitó los embarques sino que también impuso precios máximos al productor.
Los pronósticos más optimistas arriesgan que en 2008 el país podría repetir su última performance triguera. Así, no sólo volvería a desatender a sus tradicionales clientes brasileños. También desaprovecharía las oportunidades de un mercado internacional en el que el trigo muestra los valores más elevados en 11 años.
Pero el Gobierno también tiene argumentos de peso para limitar las exportaciones. Su temor es que los exportadores agrícolas se pasen de la raya y dejen sin trigo suficiente el mercado local, provocando subas en los precios del pan y otros alimentos.
Fuente: iEco.com