Venir a trabajar desde el Gran Buenos Aires a Capital puede costar hasta $1800 por mes

El viejo precepto que indica que “Dios está en todos lados, pero atiende en Capital Federal” encuentra algunos argumentos desde la frialdad de la economía real.

Aquellas personas que viven en el Gran Buenos Aires, pero que trabajan en el microcentro porteño, entienden de esto. Al mes pueden llegar a gastar hasta $ 1800 sólo en concepto de los “gastos de movilidad” que les insume concurrir a sus puestos laborales.

Esa cifra representa nada menos que un 25% más que el salario mínimo vital y móvil, hoy clavado en los $1440.

Este cálculo, claro está, corre para aquellos empleados que se dan todos los gustos, como comer en algún restaurante (unos $ 30 por día, $ 600 al mes), utilizar el auto como medio de transporte ($ 400 promedio en lo relacionado al uso de nafta), pagar una cochera (en el microcentro difícilmente bajen de los $ 600 mensuales), abonar peajes (una media de $ 10 por día, $ 200 por mes).

Quienes opten por dejar el auto en su casa y entregarse a la suerte del transporte público podrán reducir ese gasto en forma significativa. En este caso, entre comida y pasaje, el desembolso total caerá a cerca de $ 650.

El gasto en almuerzos es uno de los más difíciles de esquivar. Aquellos que prefieren no ir a la oficina con su vianda bajo el brazo, muchas veces deben afrontar un gasto que no bajará de los $ 30 en un restaurante, aunque claro que hay propuestas que pueden hasta duplicar y hasta triplicar ese monto.

Esto, incluso, es casi lo mismo que se abonará por cualquier menú en las cadenas de comidas rápidas.

Una recorrida por el micro centro porteño permite tomar dimensión de estas escaladas. En algunos restaurantes los menús subieron sus costos en cerca de un 10% en el último mes.

Desde ya, también hay opciones más aptas para bolsillos flacos. Para el caso de la comida, por ejemplo, como conformarse con un pancho y una gaseosa por unos 12 pesos.

Pese a que esta ecuación ya es preocupante para los empleados que hacen el trayecto Gran Buenos Aires-Capital Federal-Gran Buenos Aires durante los 20 días laborables que tiene el mes, lo cierto es que la situación tiende a complicarse. Y la gran razón por la que ocurre esto no es más que el constante crecimiento que se da en los precios.

El de las naftas es un buen ejemplo en este sentido. Esta semana se observó un nuevo retoque hacia arriba en las pizarras de las estaciones de servicio que opera la petrolera YPF. En el Gran Buenos Aires, el gasoil subió hasta un 4%, en tanto que las naftas más caras crecieron un 1,5 por ciento.

Para los próximos días, se espera que el resto de las petroleras imponga medidas similares.

La misma tendencia alcista se espera que corra para los peajes.

En el caso de algunas vías que recorren Capital Federal, los precios crecerán hasta un 30% en 2010, mientras que en algunas que tocan a la provincia de Buenos Aires desde hace tiempo reclaman una suba del 17 por ciento.(EL CRONISTA.COM)