Con la ayuda del IFE y el ATP, el consumo sigue su lento rebote
El consumo privado sigue mostrando algunas señales de mejora respecto a los peores meses de la pandemia. Si bien las ventas minoristas relevadas por CAME reflejaron una contracción de 17,8% interanual en agosto, ese número es bastante mejor que la caída de 27,7% registrada en julio y más aun que la de 34,8% de junio y sobre todo que las de 50,8% y 57,6% de mayo y abril. La dinámica futura de la recuperación económica depende cada vez más de la capacidad oficial para estimular el gasto de los hogares, aunque el rojo fiscal comenzó a achicarse en julio y se espera que continúe moderándose en adelante.
El consumo sigue en niveles muy por debajo de los de la prepandemia. De hecho, hay unanimidad en los análisis de privados y también en el diagnóstico oficial: hasta acá el repunte se dio en forma más lenta si se lo observa desde la demanda, mientras que el rebote de la oferta fue acelerado. Lo cierto es que los datos de actividad de julio y agosto ya comienzan a demostrar que ese repunte de la oferta también comienza a encontrar sus límites, tras la apertura gradual de los sectores.
Un informe reciente del Instituto de Trabajo y Economía de la Fundación Germán Abdala (ITE-FGA) destacó que los distintos datos de actividad económica vienen mostrando una moderación en el ritmo del rebote. Eso se verifica en los índices de actividad como el propio Índice Mensual de Actividad (IMA) del ITE-FGA, que mostró moderación en julio, tras las mejoras más marcadas de mayo y junio. Algo de eso se observó también en Índice de Producción Industrial (IPI) manufacturero del mismo mes.
El ITE-FGA afirmó al respecto: "La recuperación de la economía real está comenzando a presentar una forma de raíz cuadrada en lugar de una V corta, con lo cual la recuperación empieza a depender en gran medida de la demanda y no tanto de la oferta. Por más que el ASPO y DISPO comiencen a flexibilizarse, hasta que no haya una perspectiva futura de los ingresos reales de las familias, éstas no van a incrementar su gasto presente (demanda). El próximo reto del gobierno es salir de la ayuda generalizada del lado de la oferta y pasar a una ayuda focalizada del lado de la demanda (pos-pandemia)".
Y agregó: "De acuerdo con el Índice de Movilidad de Google, la brecha entre las zonas de trabajo y lugres de compra se redujo alrededor de un 25% en julio respecto al mes previo, pero se sigue manteniendo una diferencia. Asimismo, a partir de julio se estancó el crecimiento de la movilidad mostrando un posible problema a futuro. No solo la demanda viene por debajo de la oferta (desde mayo) sino que también la tasa de variación del crecimiento de la oferta se empezó a detener".
También desde el Grupo SBS hicieron referencia a la restricción fiscal que encontrará el Gobierno en su necesidad de dinamizar: "Los sectores que podían recuperarse rápido ya lo hicieron y la normalización de los más afectados tardará en llegar, por lo que el rebote perderá fuerza. La demanda también podría resentirse un poco a medida que el gobierno vaya removiendo los estímulos fiscales y la inflación erosione los ingresos de las familias".
Por lo pronto, aunque lento, el repunte continuó ocurriendo, según los números de consumo minorista de CAME. En agosto, las menores contracciones respecto a los niveles de 2019, históricamente bajos pero muy superiores en general a los del marco de la pandemia, fueron en el rubro Farmacias, con una baja de 4,9%; y en Alimentos y bebidas, con otra de 6,7%. Sobre ese último dato, desde CAME destacaron: "A medida que la gente comenzó a circular por las calles, el consumo de esos productos dejó de concentrarse en los grandes supermercados. A su vez, se redujo la compra online y se incrementó la realizada en locales al público".
Las caídas más abultadas fueron en Relojería, joyería y bijouterie, con una de 38,1%; en Indumentaria, con otra de 32%; en Calzado y marroquinería, con 28,5% y en Mueblería, decoración y textiles para el hogar, con 23,8%.
Por Mariano Cuparo Ortiz
Fuente: BAE Negocios