El Gobierno porteño quiere anular los espacios para fumadores

El gobierno porteño quiere que las restricciones al humo del cigarrillo en los espacios públicos cerrados, que rigen desde hace cuatro años, sean totales. Desde la semana pasada, la administración encabezada por Mauricio Macri y la Fundación Unión Internacional contra la Tuberculosis y Enfermedades Respiratorias empezaron a trabajar en una iniciativa para que no haya más espacios para fumadores en locales comerciales con libre acceso público, en especial bares y restaurantes.

El proyecto, que reformará la ley que permite lugares para fumadores en comercios con una superficie superior a los 100 metros cuadrados, se fundamenta en estudios científicos que indican que sólo con restricciones totales al consumo de tabaco se logran cambios en los hábitos y en la salud de las personas.

"Cuando se aprobó la ley creímos que era un buen momento para que en la mayoría de los lugares de la Capital no se pudiera fumar. Hoy, después de que muchas jurisdicciones se sumaran con sus iniciativas y se realizaran investigaciones, nos damos cuenta de que es necesario prohibir los espacios para fumadores porque la salud pública sigue siendo perjudicada", dijo Paula Bertol, diputada nacional de Pro y autora de la ley que rige hoy en la ciudad.

Entre los estudios que menciona la legisladora está el coordinado por la Alianza Libre de Humo de Tabaco Argentina (Aliar), que sostiene que en los locales gastronómicos de la Capital y de Mar del Plata, donde las restricciones son parciales, la calidad del aire es "muy mala". Mientras mediciones realizadas en Bahía Blanca, Rosario y Neuquén, donde las restricciones son totales, "el aire es de muy buena calidad y hay un mayor grado de cumplimiento".

Otra investigación realizada en Neuquén reveló que, "antes de la instrumentación de la ley de ambiente 100% libres de humo, el 97,5% de los empleados de bares y restaurantes estaba expuesto al humo de tabaco en su trabajo" y que, tres meses después de la puesta en marcha de la norma, "mejoró la salud respiratoria de los trabajadores gastronómicos de la ciudad".

Según el estudio de Aliar, las estadísticas determinaron que allí la tos se redujo 65 por ciento; la flema, 21 por ciento; la sensación de falta de aire, 61 por ciento; la opresión, 55 por ciento; la picazón de la garganta, 66 por ciento; los estornudos, 55 por ciento, y los ojos rojos, 66 por ciento.

"Es muy importante modificar la ley y que la ciudad sea 100 por ciento libre de tabaco, sin excepciones. Se debe entender que el humo de tabaco ajeno es mortal y que permitir fumar en algunos lugares y en otros no destruye el mensaje de salud y le da una connotación de molestia", explicó Verónica Schoj, coordinadora del Programa contra el Tabaquismo del Hospital Italiano.

La experta citó, además, cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que determinó que una de cada siete muertes laborales se produce por humo de tabaco ajeno. "La restricción es un beneficio, especialmente para el sector gastronómico, ya que son los empleados más expuestos", agregó Schoj.

Impacto en la gastronomía

Luis María Peña, presidente de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés, coincidió en los beneficios que trajo la restricción al tabaco en la ciudad, pero relativizó la eficacia de prohibirlo totalmente. "En la gastronomía la norma permitió que la gente descubriera que, además del olor del tabaco, había olor a café. Sin embargo, creo que la prohibición sin educación no será eficiente. En todos estos años se puede ver que no disminuyó la venta de cigarrillos, pero sí de cafés", dijo Peña.

Según datos oficiales, en la Argentina la venta de tabaco aumentó levemente (el 8 por ciento aproximadamente) en los últimos años a pesar de las restricciones. Pero los expertos afirman que es necesario que pasen 20 o 30 años para ver los efectos reales de una política antitabaco.

De reformarse la ley, los bares y restaurantes que hicieron obras significativas para crear espacios para fumadores, y puedan demostrarlo, serán resarcidos, indicó Bertol. Sin embargo, afirmó que, según sus estadísticas, sólo el 1% de los comercios realmente realizaron inversiones para cumplir con la ley.

Debate legislativo

Esta última es una de las objeciones que en los primeros sondeos encontró Oscar Moscariello, presidente 1° de la Legislatura porteña: "Creo que va a haber algún nivel de resistencia en la discusión, pero daremos un nuevo debate al tema en la Legislatura. He pedido que las ONG debatan en el ámbito parlamentario para que todos podamos ponernos de acuerdo. Según los estudios que nos han alcanzado, para conseguir ámbitos realmente saludables es necesaria esta reforma".

En rigor se trata de eliminar el artículo 21 de la ley 1799, que es el que establece los lugares especiales para fumadores que pueden existir en espacios cerrados públicos como bares, restaurantes, locales bailables o paseos cerrados.

Se estima que, en el país, el tabaco es responsable de más de 40.000 muertes cada año y de ellas, 6000 corresponden a fumadores pasivos, es decir, a personas que eligieron no fumar, pero estuvieron expuestas al humo del tabaco. (LA NACIÓN)