INTERNACIONAL

El Mercosur acordó una suba de tasas para blindarse ante la crisis internacional

Los negociadores del Mercosur avanzaron en una reunión en Montevideo en el mecanismo que permitirá a cada país subir sus aranceles nacionales de forma temporaria por fuera del arancel externo común que rige en el bloque. La propuesta, que había sido presentada por la Argentina durante la crisis de 2008, fue retomada este año por Brasil, el país de la región que más está acelerando las medidas para proteger a su mercado interno.

Los coordinadores del Mercosur de cada país se reunieron en la sede del bloque el viernes pasado para idear un mecanismo de consentimiento rápido entre los socios para aprobar las posiciones arancelarias en las que cada país defina subas en sus aranceles de importación.

El mecanismo está pensado para los bienes finales y en realidad funciona como una ampliación de la lista de excepciones al arancel externo común. La Argentina y Brasil negocian incluir en el mecanismo entre cincuenta y cien productos. La propuesta, en tanto, cuenta con el respaldo de Uruguay y Paraguay y se anunciaría en la cumbre de fin de año en Uruguay si la crisis internacional no se agrava, lo que podría agilizar los tiempos de tratamiento.

Según fuentes oficiales, la medida que se estudia no representa un riesgo de triangulación porque las excepciones están pensadas para bienes finales. Si, por ejemplo, la Argentina decidiera aumentar aranceles al 35% (el máximo permitido por la Organización Mundial de Comercio) sobre un producto con un arancel externo común de 14%, un tercer país podría ingresar por Brasil, pero al ser un producto terminado, debería volver a tributar en su ingreso a la Argentina, regido por las normas de origen. La situación sería distinta para bienes con transformación, pero no son los que contempla el Mercosur.

En los casos en los que se decidió la suba coordinada del arancel externo común, como en el caso de textiles, confecciones y calzado –que se definió en 2007– los negociadores buscan evitar las perforaciones arancelarias. En este caso, la Argentina y Brasil llevaron los aranceles al 35% del consolidado que permite la OMC, pero Paraguay y Uruguay no lo hicieron.

En ese marco, Brasil también propondrá a la organización que dirige Pascal Lamy un “antidumping cambiario” que permita ir más allá del consolidado del 35% en aranceles contra las fluctuaciones bruscas del dólar.

Apertura. Otra de las medidas que se debate a nivel técnico es la apertura del nomenclador en piezas y autopartes y en juguetes. Esto significa una revisión de los productos que forman parte de una determinada posición arancelaria para desagregarlos y especificar subas de aranceles en un producto determinado, pero que no perjudique a otros.

Asimismo, se busca un aval del bloque para subir el arancel externo común en otros productos, como los duraznos en almíbar.

La presidenta Cristina Fernández aseguró en las últimas semanas que se mantendrá la protección del mercado interno y de los puestos de trabajo.

Desde esa línea, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) actualizó en las últimas semanas los valores mínimos de importación para neumáticos, autopartes y otros productos sensibles.

En la misma tónica vienen las medidas desde Brasil, que abandonó las críticas al proteccionismo y ahora busca blindarse ante la posibilidad de que la crisis internacional se agrave. La semana pasada Brasil llevó el arancel de importación para autos 1.0 al máximo permitido por la OMC.

El mundo, en tanto, se encamina hacia una mayor protección hacia adentro de sus fronteras. Ayer, el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, reconoció la necesidad de generar empleos para los estadounidenses para reactivar el consumo y la producción.

Brasil lleva a la OMC un pedido para subir los aranceles ante la fluctuación del dólar.

Brasil busca un seguro cambiario ante la posibilidad de grandes fluctuaciones del dólar y propone una suba de aranceles ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) para compensar la pérdida de valor de la divisa estadounidense.

El pedido, que fue anticipado por el ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, Fernando Pimentel, será llevado a la OMC, para que el organismo con base en Ginebra autorice a los países a adoptar medidas de salvaguardia como el alza de aranceles de importación para combatir las practicas de dumping cambiario.

El “anti-dumping cambiario” propuesto por Brasil impulsa el establecimiento de tasas superiores al 35 por ciento contra los productos importados, cuando el dólar tenga una fluctuación abrupta, dentro de una banda que sería definida por la OMC.

La iniciativa cuenta además con el apoyo del Ministerio de Relaciones Exteriores, que ya dio instrucciones al embajador ante la OMC, Roberto Azevedo.

“Hablar hoy sobre comercio internacional e ignorar el impacto del cambio es una actitud miope”, afirmó Azevedo.

“Todavía no tenemos un nombre exacto, porque es una novedad. Lo llamamos anti-dumping cambiario, pero podría llamarse salvaguardia. El cambio se ha vuelto una variable muy importante para el comercio

Cuando la OMC fue creada, la realidad era muy distinta”, dijo Pimentel, en una entrevista que publicó el diario O Estado de San Pablo.

Según el ministro, la propuesta brasileña contempla, en primer lugar, un acuerdo internacional en torno a una franja “aceptable” de oscilación cambiaria: “No es atribución de la OMC sino tal vez del FMI”.

“Tras definir la franja de variación, la OMC autorizaría a los países víctimas (de dumping cambiario) a neutralizar devaluaciones excesivas con una medida cambiaria”, agregó.

Según Pimentel, la acentuada depreciación del dólar estadounidense generó problemas para “todos los países”.

“Como la divisa de intercambio internacional, que es el dólar, se devaluó violentamente en los últimos años –como resultado de la política monetaria norteamericana–, todos los países vieron apreciarse sus monedas”, argumentó. La semana pasada, Brasil anunció un aumento de casi 30 puntos porcentuales en los aranceles de importación para vehículos pero con tratamiento nacional para los países del Mercosur, con lo que exceptuó a la Argentina.

A raíz de la medida, el impuesto de importación para automóviles y camiones, que hoy oscila entre un siete y un 13 por ciento, saltará a entre un 37 y un 43 por ciento.

Según Pimentel, la medida “no es proteccionismo”, ya que afecta “a un pequeño grupo de empresas, que pueden fácilmente eludir ese tributo si internalizan su producción”. “La puerta esta abierta para todo el mundo. Alcanza con hacer la inversión y fabricar aquí”, enfatizó.

Fuente: Diario BAE