Envíos de la ANSES que nadie controla
Mientras hace malabares para sostener la recaudación nacional, el matrimonio Kirchner intenta apuntalar las cuentas de su terruño patagónico, sacudidas por la caída del precio del petróleo. El gobernador de Santa Cruz, Daniel Peralta, admitió que la provincia “está en crisis” y agradeció la asistencia de la Nación para cubrir el déficit local, que arañará los 2 mil millones de pesos en el año según su propio presupuesto. Los Kirchner ordenaron enviarle 507 millones en los últimos días, entre adelantos de la coparticipación de impuestos y partidas de la ANSES para cubrir su caja jubilatoria. Temen que un eventual ajuste dispare nuevos conflictos sociales en su provincia, donde más de la mitad de la población depende de una jubilación pública o de un empleo estatal para sobrevivir.
Pese a contarse entre las provincias con menor población y mayor ingreso per cápita del país, Santa Cruz es la niña mimada de la obra pública nacional. Sólo en lo que va del año, hasta la semana pasada, recibió de Vialidad Nacional para obras nuevas más dinero que el que tenía asignado por el Presupuesto 2009.
La diferencia con los distritos opositores o no alineados con la Casa Rosada es abismal. De los $ 152 millones previstos en obras para Santa Cruz, el Gobierno ya remitió $ 198,7 millones. El 130% de lo presupuestado. A Santa Fe le liquidaron el 23%, a la provincia de Buenos Aires el 60% y a San Luis el 11 por ciento. A Santiago del Estero, una de las provincias más pobres del país, le llegó apenas el 18 por ciento.
Las de Vialidad son casi las únicas cifras disponibles para analizar las finanzas de la Tierra Santa pingüina. El gobierno de Peralta no informa públicamente su recaudación, sus gastos ni la marcha de sus inversiones. Menos aún el destino de los polémicos fondos depositados en el exterior por Néstor Kirchner cuando era gobernador, que rondan los 500 millones de dólares según su propia contabilidad y superan los mil millones para la oposición.
Lo que sí debió informar el Gobierno es la última asistencia que le ofreció a su pupilo Peralta, un ex sindicalista estatal que tomó las riendas de la provincia dos años atrás, cuando renunció su antecesor Carlos Sancho en medio de una brutal represión a docentes y empleados municipales. A sus arcas llegaron primero $ 392 millones para cubrir el déficit jubilatorio y luego 115 millones más por un inédito anticipo de la coparticipación.
La plata para las jubilaciones se transfirió por un acuerdo con la ANSES, devenida en financista de última instancia de todo el sector público desde que heredó los fondos de las AFJP. La decisión fue publicada el jueves pasado en el Boletín Oficial. En diciembre, la caja jubilatoria santacruceña (de la que cobran 11.600 pasivos) ya había recibido 35 millones para pagar los aguinaldos.
El Boletín agregó el viernes la novedad de que 115 millones más se enviarían “a cuenta de la coparticipación”. Peralta dijo que “es un anticipo que vamos a devolver a lo largo del año como hacen tantas provincias del país”. Pero omitió que llegó mediante un mecanismo que hasta el año pasado no se había utilizado y que permite total discrecionalidad a la Nación. A las demás provincias, el dinero de los impuestos coparticipables se les liquida mientras ingresa, en forma automática, desde las cuentas estatales en el Banco Nación.
El jefe de Gabinete, Pablo González, admitió el fin de semana pasado que “cada día que pasa, la provincia recibe menos dinero por regalías petroleras”. El ministro de Economía, Juan Manuel Campillo, habla a diario con Kirchner. Mantiene un perfil bajísimo y fue durante años su secretario de Hacienda en la provincia. Es la prueba más palpable de cómo la provincia se maneja a control remoto desde Buenos Aires. Para Peralta, Santa Cruz sólo atraviesa “dificultades financieras transitorias”. Pero sus números hablan de una fragilidad más estructural. Con 220 mil habitantes mantiene a 55 mil empleados públicos y otros 3 mil estatales contratados. Sin ayuda nacional y en tiempos de crisis, le sería imposible.(CRITICA DIGITAL)