Estiman que el déficit de balanza energética saltará a u$s4.700 millones este año

Si bien los analistas piensan que el país tiene potencial para ser exportador de energía, actualmente la realidad es otra. El consultor independiente Daniel Gerold estimó que este año se multiplicará casi por ocho el desbalance entre exportaciones e importaciones del sector.

Al hablar en el marco del encuentro Experiencia IDEA, en Neuquén, en el que se analiza la problemática de la transición energética, Gerold dijo que en 2020 el país tuvo superávit comercial en materia energética como producto de la caída de la actividad generada por la pandemia. “El año pasado fue moderado, de u$s600 millones, y este año se estima en u$s4.700 millones, derivado de la mayor demanda de importación", indicó.

Gerold explicó que ese rojo entre importaciones y exportaciones “genera una presión bastante relevante” sobre la economía y consideró que “tiene que ser una coincidencia, pero desde que la balanza se tornó negativa el país dejó de crecer”.

Al respecto, indicó que para cambiar la situación se necesitan muchas cosas: "Que se invierta y para ello no hay que cambiar con cada gobierno las políticas”.

“Se está pagando el 20% de lo que cuesta, y si el 50% no quiere pagar y el otro 50% no puede ¿cuál es el camino que tiene que seguir Argentina?”, cuestionó el experto. Gerold señaló que la Argentina tiene posibilidad de resolver su problema crónico de falta de dólares para financiar su desarrollo si pudiera desarrollar su sector energético.

Un elemento a destacar por parte del especialista es que la industria argentina del shale logró en los últimos dos años un nivel de desarrollo que la ubica entre las primeras del mundo, impulsada por la necesidad de resolver los problemas que planteó la pandemia.

Según señaló, el sector energético en Argentina explica el 7% del Producto Bruto Interno (PBI) y genera seis empleos indirectos por cada puesto directo. Actualmente el país produce unos 570.000 barriles diarios de petróleo, lo cual indica que todavía tiene mucho margen para llegar a los 830.000 barriles diarios que se produjeron en 1998.

El problema que enfrenta la Argentina es cómo descarbonizar su economía. La preocupación de los empresarios de las energías tradicionales es que ello no se haga a expensas de su sector. En otras palabras, no quieren ser “los malos de la película”.

Sergio Afronti, CEO de YPF señaló que “este proceso no va a ser homogéneo, porque va a tener distintas velocidades en función de los diferentes puntos de partidas, del grado de desarrollo de cada país”.

“La transición no es el futuro, es el presente. Creo que Argentina puede ser protagonista en la transición energética de nuestra región”, agregó Afronti al recordar que actualmente, de lo que son energías convencionales, el 56% de la generación es por gas, que es el recurso menos contaminante y será el más usado en combinación con las fuentes alternativas.

Marcos Bulgheroni, el CEO de Pan American Energy (PAE), dijo que “Argentina tiene una matriz energética muy limpia, y sabemos que el problema es heterogéneo”. “Hay 10 países que contribuyen en 2 tercios de las emisiones de CO2 y el otro tercio de las naciones en desarrollo”, indicó. El empresario planteó la necesidad de que la transición se fundamente sobre todo en la captura de carbono. “Emisiones cero no va a haber nunca, por eso hay que invertir en tecnología hasta el punto en que el valle de emisiones sea compatible” con el sostenimiento del clima, planteó el titular de PAE.

Fuente: Ámbito