ECONOMIA

La leche vuelve a ser rentable

La gran vaca lechera de la Argentina está más gorda que nunca y nutre con su inmensa ubre un negocio de 36.000 millones de pesos repartidos entre la producción primaria y la industria, que luego de largos inviernos de inundaciones, sequías, desabastecimiento, trabas del Gobierno y precios bajos disfrutan de su propia primavera.

Los casi 80 centavos de peso que los tamberos cobraban por litro en agosto pasado, se encaminan a un promedio de 1,20 pesos por litro, lo que representa una suba del 50%; mientras que la industria volvió a estar bien abastecida y recibió en 2009 unos 11.100 millones de litros, un poco menos que el récord histórico de 11.320 alcanzado en 1999.

Con una rentabilidad del 2% en la comercialización de leche fluida y en polvo, y del 8% en promedio en el caso de los quesos, las empresas lácteas saborean un buen presente y dejan en el olvido varios años de vacas flacas y quiebras inminentes.

Aunque advierte que sus márgenes se ven resentidos por el precio de la materia prima, que representa el 50% de su costo de producción, Ernesto Arenaza, vocero de La Serenísima, describe un panorama alentador. "Hoy estamos en una primavera. No sé cuánto durará, pero hoy es así y, por primera vez en muchos años, el negocio es redituable para todos los eslabones de la cadena", dice el veocero de la empresa que más litros de leche procesa en la Argentina.

"El sector lechero pasa por su mejor momento. La industria paga bien y obtiene buenos márgenes", comentó Alejandro Sammartino, director de la revista Infortambo. Pero si el negocio es tan bueno hoy, hasta tal punto que muchos se atreven a afirmar que ya emparda al del expansivo "yuyo" de la soja, ¿cómo se explica que varias firmas líderes hayan convivido con balances en rojo, que las pusieron en riesgo de venta o bajo la dependencia de un salvataje de emergencia?

Más allá de desmanejos propios y contratiempos meteorológicos, lo que influyó desde mediados de 2007 fue la burbuja de las commodities, que hizo que, junto con la soja a US$ 600, la tonelada de leche costara US$ 5000. Ahí subió la demanda, no por el mercado interno, sino por el precio externo que traccionaba hacia afuera. Fue tanta la demanda externa, que se comprometió el abastecimiento local, porque muchas empresas decidieron exportar leche en polvo en lugar de hacer quesos u otros productos.

Según comentó un directivo de una cámara sectorial, esto empezó a recalentar el mercado porque el que elaboraba para la plaza interna no tenía la generación de fondos de un exportador (que podía pagar más por la materia prima). Ahí es donde hace su aparición el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, que, para frenar la exportación, puso un precio de corte US$ 2780 (lo que se exportaba sobre ese valor el Gobierno lo retenía). "Las empresas perdieron mucho en 2008, porque tenían trabas por todos lados, tendientes a bajar el precio interno. Moreno logró su cometido, que era bajar el precio, pero las empresas no podían exportar o, si lo hacían, le retenían mucho. Y encima, en el mercado interno había control de precios", explica un directivo de una importante láctea, que rogó no ser nombrado.

Esto tiñó de rojo los balances de La Serenísima y de Sancor, los dos principales jugadores del sector, con casi un 30% de la torta. La primera acumuló una deuda de US$ 270 millones en 2008, mientras que la firma de Sunchales se endeudó en US$ 167 millones y debió recurrir a un préstamo del gobierno venezolano, que pagará con envíos de leche en polvo. También Milkaut, octava en el ranking de las lácteas locales, arrastra una deuda de US$ 55 millones con la Corporación Financiera Internacional, que la lleva a poner en venta el 54% de su capital accionario, operación que aún no se ha resuelto.

Pero las circunstancias que arrastraron a las firmas a esa situación cambiaron. "El valor de la tonelada de leche bajó, junto con el resto de las materias primas; por eso, ya no hay precio de corte y tampoco hay restricciones a la exportación. Sólo hay un acuerdo de precios que permite un 2% de aumento en los productos básicos, 4% en los selectivos y 6% en los premium", explica Sergio Montiel, vocero de Sancor. Desde otra importante compañía señalaron que esos permisos son del 7, 14 y 20%, respectivamente.

Así, las empresas achacan a los puntos de venta la responsabilidad de los aumentos de los lácteos que, según un relevamiento del Centro de Educación al Consumidor (CEC) en la ciudad de Buenos Aires desde comienzos de año hasta fines de marzo acumularon alzas de hasta un 20%. Aun así, la formación del precio a lo largo de la cadena no es tan inextricable como en el caso de la carne. "El industrial de la leche es Blancanieves, al lado del de la carne", señaló un experto que conoce en profundidad los dos mundos.

¿Seguirá lozana la gran vaca lechera argentina? Ercole Felippa, presidente de Manfrey, cree que sí. "Los países que pueden producir leche a un costo bajo están en el hemisferio sur. La Argentina, Uruguay y parte de Brasil tienen un amplio potencial de crecimiento, porque tienen mejores márgenes que Canadá o la Unión Europea", opinó.

DEUDAS Y SALVATAJES

- Milkaut

Recientemente, puso en venta el 54% de su capital accionario. Quiere suprimir una deuda de US$ 55 millones que mantiene desde 1995.

- Serenísima

Tras coquetear con capitales brasileños, logró pagar pasivos por US$ 270 millones, que había acumulado cuando la lechería no era rentable. También el año pasado se acercó a Danone.

- Sancor

Estuvo a punto a pasar a manos de George Soros en 2005, pero fue socorrida por el gobierno venezolano, con un préstamo para afrontar una deuda de US$ 167 millones. (LA NACIÓN)