Los bancos incrementaron su exposición a la deuda pública en 2022
Se puede decir que para los mercados la situación del Tesoro respecto de la deuda en pesos está entre algodones. No porque al Gobierno le esté faltando confianza para hacer colocaciones a corto plazo, sino por lo que pudiera ocurrir en el largo plazo, luego del 10 de diciembre de este año en caso de que cambie el signo del gobernante.
En ese contexto, los administradores de carteras se encuentran constantemente entre la disyuntiva de recomendar a sus clientes salir de bonos públicos en pesos, asumiendo alguna pérdida financiera, o arriesgar a seguir posicionados en esa clase de instrumentos que ofrecen tasas bastante por encima de la inflación y enfrentar alguna eventual disrupción en los pagos.
De acuerdo con el Informe sobre Bancos del Banco Central, entre noviembre de 2021 y el mismo mes de 2022, la exposición de las entidades financieras, al “riesgo Tesoro”, pasó del 13,6% al 15,1% de su capital, mientras que las colocaciones en Leliqs y pases varió desde el 27,9% al 32,3% en el mismo período. En el primero de los casos subió un punto porcentual y medio y en el segundo 4,4.
El reporte de la entidad que dirige Miguel Pesce sostiene que en el undécimo mes de 2022 el activo total de los bancos disminuyó 2,2% en términos reales con respecto a un año atrás. Creció de forma nominal 88,1%. “En cuanto a la composición del activo total del conjunto de entidades, en noviembre se verificó un ligero aumento del peso relativo del saldo de las cuentas corrientes en el BCRA en moneda extranjera y de los instrumentos del BCRA en moneda nacional”, indica el informe. Por otro lado, dice que “el financiamiento al sector público y el crédito en pesos al sector privado redujeron levemente su importancia relativa”. En el último año se podría decir que hubo una disputa entre el Banco Central y el Tesoro por capturar los pesos que andan sueltos en el mercado, y eso empujó al alza las tasas de interés.
Riesgo del sector público
Un reporte de la consultora SBS plantea que la exposición de las entidades financieras al riesgo del sector público (Banco Central + Tesoro) pasó de un 13% en 2019 al 41% el tercer cuatrimestre del año pasado. El informe muestra la evolución del Banco Galicia, del BBVA, el Macro y el Supervielle: en efecto, entre octubre y diciembre de 2019 la exposición de estas entidades estaba por debajo del 15% respecto de su capital y al cerrar el primer semestres del 2022 estaba en un rango que va del 35% al 45%. Juan Manuel Franco, economista jefe del grupo SBS, planteó que a pesar de la desconfianza existe una posición sólida de las entidades.
En diálogo con Ámbito, dijo que "el riesgo contagio a la economía (en caso de una crisis) se daría por el hecho de que, si se diera un evento de crédito, las cadenas de pagos podrían verse afectadas, algo que se dio por ejemplo en el reperfilamiento de 2019, donde inversores que contaban con un cierto flujo de pesos no pudieron cobrarlo por esa medida". "De todas formas, los bancos hoy están mas sólidos desde lo que es liquidez en dólares y dado el impacto adverso que tendría un evento de crédito en pesos, creemos que el Gobierno ira buscando la forma de rollear vencimientos apelando al pragmatismo", explicó Franco.
Según varios operadores de mercados consultados, hay que prestar atención solamente en las Letras del Tesoro, ya que las Letras de Liquidez del BCRA y los pases pasivos son instrumentos de regulación monetaria, aunque sean remunerados. Por lo tanto, muchos prestan atención solo a la solvencia del Estado.
Desde ese punto de vista, el analista Christian Buteler le dijo a Ámbito que técnicamente “los bancos no están demasiado expuestos” a la deuda pública. Según explicó, si hubiera un default de la deuda las entidades financieras no quebrarían, pero sí advierte que “se generaría una gran desconfianza y una corrida”, que en términos prácticos podría ser equivalente. Según explicó, la situación de los bancos respecto de la deuda con el Estado es diferente respecto de la que había hacia 2001.
La cuestión es que actualmente el Tesoro tiene que renovar de a $1 billón por mes promedio y por tres meses nada más. Nadie se atreve todavía a renovar títulos más allá de agosto. Pero llegado el momento, y si las variables económicas se mantienen sin explotar, los inversores que decidan salir de las Letras del Tesoro no tendrían alternativas dolarizadoras como las que hubo en la crisis de 2018 y 2019, en el que los fondos compraron dólares y se fueron. Hoy no hay dólares. “El cepo juega a favor del Tesoro”, señaló Buteler, quien considera que llegado el momento los administradores de fondos van tener que renovar y quedarse con los pesos exponiéndose a alternativas de inversión que actualmente rinden la mitad de la inflación mensual.
Según indicaron fuentes de los mercados, el temor a un default de la deuda en pesos, sobre todo en el caso de un cambio de signo de gobierno en diciembre, es palpable entre los administradores. A pesar de ello, luego del canje de deuda de enero, el ministro Sergio Massa logró recuperar algo de oxígeno. Terminó el mes con colocaciones que superaron en $219.000 millones los vencimientos mensuales y, con ello, ya tiene resuelta gran parte de los compromisos de febrero.
Fuerte: Ámbito