Sin doble tributación apuestan a un renacimiento de los fondos cerrados
Las administradoras de fondos comunes de inversión cerrados se entusiasman con la nueva Ley de Financiamiento Productivo que podría ver la luz esta semana si el Senado decide aprobarla.
Hasta ahora, la industria de FCI cerrados había quedado relegada porque sus instrumentos debían tributar dos veces al fisco: primero el fondo y luego los cuotapartistas. La flamante normativa propone que estos instrumentos "no estén gravados por impuesto a las ganancias, sino que sean fiscalmente transparentes y sea el cuotapartista el que pague impuestos por las distribuciones que haga el fondo en función de cómo está gravado el activo subyacente en el que invirtió dicho fondo".
Los jugadores además interpretan que el impuesto se aplicará cuando el inversor reciba las utilidades, lo que volverá a este tipo de fondos aún más atractivos.
"El impacto final en el mercado va a depender de que se genere una buen oferta de productos que estén a la altura", remarcó Juan Cruz Elizagaray, socio de Compass Group. "Es necesario que la industria en general pueda desarrollar mejores prácticas de mercado para que el crecimiento de los activos bajo administración vaya más allá del primer impulso que puedan tener por los cambios en las normativas".
Las administradoras están expectantes a conocer la letra chica de la normativa y ya están preparando varios proyectos para 2018. Sin ir más lejos, en Compass están en proceso de estructuración de un FCI inmobiliario. "También estamos analizando distintas estrategias respecto de un par de fondos de private lending que nos interesaría lanzar en el mediano plazo", adelantó Elizagaray.
Cohen SA por su parte planea lanzar tres instrumentos para el segundo trimestre del año que viene, cuando se conozcan con exactitud los alcances de la reforma. "Serán tres o cuatro productos de real estate, infraestructura y crédito, que esperamos que la CNV pueda aprobar a tiempo", dijo Diego Falcone, de la compañía.
El atractivo de los fondos cerrados es que invierten directamente en la economía real y pueden apuntalar el crecimiento general de la actividad. Entre los sectores que más pueden beneficiarse por el repunte de esta industria, los ejecutivos señalaron al de real estate como el favorito. "La nueva ley apunta al inversor individuo y este es un segmento de la economía que resulta fácil de entender como para poder acercarse a él y seguir la evolución de los proyectos", señaló Falcone.
La quita de la doble imposición tributaria es un reclamo viejo de esta industria y, durante 2016 mientras se estructuraban los fondos para el blanqueo de capitales. Sólo 7 de estos lograron ver la luz y aunque se esperaba un fuerte impacto de los millones de dólares que ingresaron por la ley de amnistía, sólo consiguieron levantar u$s 300 millones.
"Quizás, de haberse aprobado con anterioridad al cierre del blanqueo hubiese permitido el lanzamiento de mayor cantidad de fondos y la coexistencia de inversores personas físicas e institucionales en un mismo vehículo, pero de todos modos nos parece importante que se sinceren las ineficiencias de este tipo de vehículos, más allá del timing", reconoció Elizagaray.
Ahora la industria elige mirar hacia adelante: "Aunque no se haya conseguido esta exención en la previa del blanqueo, el 2017 fue un gran año para la industria: subimos el ratio de los FCI cerrados a 4,9 del PBI", destacó Falcone. "En la previa al blanqueo ese ratio era del 4% y en el fin de la convertibilidad de 2,7%. Creemos que la industria puede triplicarse en los próximos cinco años y alcanzar el 15% del producto", afirmó.
Fuente: EL CRONISTA