SE RENUEVAN LOS RECLAMOS POR EL REPARTO DE STAND
Para las editoriales pymes, la Feria del Libro es inalcanzable
Más de un millón de personas –en un alto porcentaje, en niños en edad escolar– visitaron la 34º edición de la Feria del Libro, una cifra que superó con creces a la del año anterior. Conferencias, debates, ofertas (quizás menos de las que un lector se imagina) y el festejo por parte de los organizadores del evento por la masiva concurrencia, y de las grandes editoriales, por el volumen de venta. En resumidas cuentas, más o menos lo que pasa todos los años.
Hay otra realidad que también se repite: la falta de posibilidades que brinda la organización del evento para que participen las empresas pymes, y sobre todo si se trata de editoriales técnicas. La causa: un sistema de distribución de stand basado en la antigüedad y puntaje de las editoriales para asignar los espacios.
“Mientras que las editoriales pymes estamos excluidas de este evento por nuestro tamaño o por nuestra escasa capacidad de lobby, la Feria abre sus puertas cada vez con mayor énfasis a empresas de otros rubros (alimentos, proveedoras de Internet, medios de comunicación y juguetes, por ejemplo) y a instituciones tales como embajadas, universidades públicas y religiosas”, explicó el presidente de la Editorial Aplicación Tributaria S.A., Jorge Oscar Barrios, en diálogo con ELEVE.
“El bazar del libro” es la definición que propone Barrios para definir a este evento en donde la variedad de ofertas expulsa al lector tradicional para reemplazarlo por una multitud de consumidores.
El slogan de la Feria cambió este año quizás no por casualidad. De la consigna “Del autor al lector” se pasó a “El espacio del lector”. El coordinador general de la editorial Aplicación Tributaria, Antonio Raso, explicó que “el cambio de slogan responde a la transformación de un evento que nació como un lugar de unión entre el autor y el editor, pero que ahora está centrado en el lector y su consumo”.
“La única razón de permanencia de esta mecánica se funda en seguir favoreciendo a los expositores más antiguos, sean editores o funcionarios de stands institucionales o embajadas”, acusó la directora de V&R editorias, Trinidad Vergara, en una carta que entregó a sus colegas y a las autoridades de la Fundación El libro, organizadora de este evento que fue publicada oportunamente en el diario Crítica de la Argentina.
Según explicó la directora, en el predio de la Rural hay espacios por los que, debido a su disposición en el lugar, pasan la mayoría de los visitantes; otro, en cambio, son más periféricos y poco favorecidos por la circulación y, en consecuencia, menos “rendidores”. Entonces, como rige la ley de la “antigüedad”, los sitios más codiciados y fructíferos son casi inaccesibles para los expositores menos tradicionales. Los espacios que no copan los “antiguos” –léanse las editoriales más poderosas– van a remate y ahí los precios se disparan.
Los organizadores de la feria rápidamente respondieron a la embestida de las denuncias de Vergara, que además son el eco del resto de las editoriales pymes. “Dice que sacamos ventaja, indicó al diario de Lanata, un tanto risueño, el presidente de la fundación, Horacio García–, pero los que participamos del comité representamos a las cámaras. Es cuestión, entonces, de quejarse en las cámaras para que nos cambien”.
“Recuperar al lector especializado que se fue ahuyentado por la multitud de consumidores, generar espacios para los autores, evitar el uso discrecional en la asignación de espacios, promover la unidad entre las editoriales pymes y exigir un rol más activo por parte del secretario de Cultura de la Nación, José Nun”, son algunas de las ideas que proponen desde Aplicación Tributaria S.A.
Algunas reflexiones
Escritores, funcionarios y figuras públicas pasaron por la Feria, y dejaron su impronta a través de algunas frases para reflexionar:
“Hemos pasado del papiro al libro y de allí a la pantalla, pero los tiempos para leer son los mismos y están marcados por el cuerpo, que le impone tiempo a la máquina”, evaluó el escritor Ricardo Piglia durante la inauguración de la Feria.
“El papel aumentó más del 40 por ciento y eso nos dificultades” pero “estos temas los traigo no para opacar esta feria sino para que la fiesta de la lectura continúe siempre”, comentó el presidente de la Fundación El Libro, Horacio García.
"Los grandes grupos editoriales, que a veces también son dueños de los medios de comunicación, imponen una lógica comercial y económica con los libros, como si se tratara de cualquier otro objeto”, aseveró la directora de la editorial Marea, Constanza Brunet.
“Las editoriales grandes en la Argentina te roban el autor o la idea que funciona”, destacó Brunet.
La Feria
La Feria Internacional del Libro de Buenos Aires se llevó a cabo por primera vez en 1975. En esa oportunidad, participaron 116 expositores de siete países que se instalaron en un predio de 7.500 metros cuadrados. Hubo en total 140 mil visitantes.
Con el tiempo, el evento comenzó a ganar prestigio internacional, debido al importante desarrollo que tuvo durante más de 30 años. Actualmente, la feria ocupa un predio de más de 35.000 m2 y participan en ella cerca de 1.500 expositores de 40 países. Además, la feria se caracteriza por una gran concurrencia de público, que en las últimas ediciones ronda los 1.200.000 espectadores.
La Feria –una de las cinco más importantes a nivel mundial– es organizada por la Fundación El Libro, una asociación sin fines de lucro integrada, entre otros, por la Sociedad Argentina de Escritores, la Cámara Argentina del Libro y la Cámara Argentina de Publicaciones.